Está disfrutando de una cascada de triunfos a nivel profesional. Sus conciertos son multitudinarios y cada vez Omar Montes es más reconocido en el difícil mundo de la música. Sin embargo, su aplastante éxito queda empañado continuamente por comportamientos que nadie sabe cómo explicar.

Hace unos días el de Pan Bendito retransmitió en directo a través de sus redes sociales cómo la policía le había dado el alto en un control rutinario. Los agentes, dispuestos en un lugar estratégico en busca de sustancias estupefacientes, pidieron al artista y sus acompañantes que entregaran la documentación del vehículo y permitieran su registro.

Montes no solo se mostró esquivo e impertinente sino que desafió a los policías con comentarios desafortunados de los que todavía no ha mostrado ningún tipo de arrepentimiento.

Omar, que está en plena promoción de su single Soltera, echa balones fuera y enmudece cuando se le pregunta por estos y otros hechos polémicos recientes. No sabe qué decir a 20minutos. Desde su entorno afectivo más próximo explican que hace ya un tiempo se decidió no hacer referencia a las polémicas que le envuelven.

Es difícil atarle en corto, pero más lo es tener que explicar, justificar o desenmarañar cada escándalo en el que se ve envuelto por esa aparente inconsciencia que algunos ya empiezan a poner en tela de juicio.

Montes debe andarse con ojo porque ya hay varios empresarios releyendo contratos y barajando la posibilidad de sacarle de carteles. Ni él es Justin Bieber ni España es Estados Unidos.