Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Putin cada vez más aislado

El presidente ruso, Vladimir Putin, habla en rueda de prensa tras la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en Uzbekistán.
El presidente ruso, Vladimir Putin, habla en rueda de prensa tras la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en Uzbekistán.
EFE
El presidente ruso, Vladimir Putin, habla en rueda de prensa tras la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) celebrada en Uzbekistán.

Conforme se van retirando las tropas rusas de los territorios ucranianos que ocupaba desde la invasión, se va conociendo la crueldad con que ejercieron y la insospechada cantidad de muertos que han dejado detrás. En algunos lugares han sido verdaderas masacres las que reflejan las fosas comunes donde enterraron a las víctimas, en su mayor parte civiles, que, como reflejan los cadáveres, habían sido previamente torturadas.

Vladimir Putin, que desde su despacho en el Kremlin se confirma sin dudas de que es un Hitler y un Stalin contemporáneos. Lo bueno de tantos males como su ambición está creando en el mundo, al que ha conseguido someter a un proceso grave de desestabilización, es que cada conforme transcurre el tiempo, sus militares no le están proporcionando nada que celebrar. Antes an contrario, cada día que pasa su posición en el ámbito de la política internacional se degrada.

Cada día que pasa su posición en el ámbito de la política internacional se degrada

La cumbre que celebró estos días pasados con su homólogo chino, Xi Jimping, ha demostrado que no cuenta con su apoyo ni en ayuda militar ni económica ante los problemas que están creando las sanciones impuestas por los miembros de la OTAN. The New York Times revelaba el sábado que India, la otra potencia asiática con la que podría contar, también le está volviendo las espaldas. Nada más estallar la guerra el presidente Narenda Modi, a quien Putin tenía como aliado, le advirtió de que no tenía sentido iniciar una guerra.

Ahora todo invita a pensar que su reacción futura será desesperada y volcará todos sus recursos para recuperar la iniciativa en los frentes abiertos. Todavía puede causar mucho daño a la sociedad ucraniana e internacional, pero su memoria quedará grabada para siempre como la de un nacionalista déspota y sanguinario. Tiene dispersos por ahí algunos seguidores, herederos muchos de ellos del comunismo soviético, pero su paso por la historia ya está condenado.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento