Entrevista

Rocío Márquez: "Los códigos del flamenco se están incorporando a la música urbana y eso lo acerca a los jóvenes"

  • Su disco 'Tercer Cielo' (2022) ha causado sensación al aunar la música electrónica con el flamenco.
Rocío Márquez y 'Bronquio', creadores del disco 'Tercer Cielo' (2022)
Rocío Márquez y Santiago Gonzalo 'Bronquio', creadores de 'Tercer Cielo' (2022)
@Lhaura Raín
Rocío Márquez y 'Bronquio', creadores del disco 'Tercer Cielo' (2022)

La cantaora Rocío Marquez y el músico jerezano Santiago Gonzalo Bronquio se encerraron en casa para hallar la confluencia de la electrónica y el flamenco, y de ahí surgió el disco Tercer Cielo (2022), elevando el punto de encuentro a ese espacio espiritual que nos remite al Paraíso o la morada de Yahvé. Desde aquel cruce trazaron nuevos caminos y desplegaron un sorprendente abanico tímbrico de una riqueza desbordante, conformando una especie de laboratorio musical donde el atrevimiento era el medio adecuado para la experimentación. De aquel registro discográfico se derivaron actuaciones en directo que desde mayo han llevado este flamenco entreverado de sonoridades urbanas a teatros y festivales, añadiendo componentes de improvisación a lo ya establecido.

¿Cómo es ese Tercer Cielo al que nos invitan a asomarnos?Queríamos llegar a un espacio desconocido, a ese umbral en el que todo es posible porque todavía no hay nada hecho. Ese era el punto de partida y de ahí surgieron varias ideas que de lo folclórico nos llevaron a los rituales o al Paraíso, hasta alcanzar esa zona desconocida que es el Tercer Cielo. La estructura del disco tiene forma de serpiente, con algunas transiciones que modifican la piel. Aunque cada tema tiene sentido por sí mismo, dentro del conjunto explican un viaje que es el de la vida misma, el que lo contiene todo.

¿Qué hallazgos musicales le parecen más relevantes, o con cuáles está disfrutando más en este proyecto?En la parte vocal ha sido una experiencia enorme, porque estar cantando y a la vez escuchándote manipulada por un filtro, que la voz que emites no sea la que estás escuchando, es algo que a la cabeza la vuelve loca (risas). De repente te das cuenta que hay muchas más posibilidades y eso ha significado un punto de inflexión.

¿En algún momento ha llegado a preguntarse al escuchar la grabación, “pero quién es esa que canta”?(Risas) ¡Claro! Ha sido muy divertido no tener que aferrarme a la identificación que ya tengo hecha con mi voz. Ir un poquito más allá, traspasar esa identificación y jugar.

En Tercer Cielo, una seguiriya se asoma a lo largo del disco como un eco ancestral que nunca se apaga. ¿Es un cante tan fundamental que siempre reaparece?Totalmente. Me encanta que lo hayas percibido así porque justamente esas tres piezas son las tres transiciones donde el cuerpo de la serpiente cambia de dirección y va cogiendo su forma. La idea que teníamos era que, igual que al hacer un cante de cualquier palo, se unen distintas letras con emociones comunes pero de temática independiente, en este caso tomar el camino inverso. Es decir, a partir de un sólo poema de Luis García Montero, dividirlo y que cada una de las transiciones fuera una parte de la misma seguiriya.

A veces hay que tocar fondo para poder tocar el cielo

¿Hay algún denominador común en la variada selección de textos que ofrece el disco?A nivel literario hemos reunido un montón de artistas que van desde Carmen Camacho, Macky Chuca, Antonio Manuel, Lorca, Unamuno…. Queríamos que la diversidad se viera en todas las vertientes: musical, armónica, de texturas y también literaria. Los textos tienen vida propia pero al formar parte de esa serpiente tienen un lugar específico. El trabajo literario lo ha hecho Carmen Camacho pero también había un equipo dando forma conceptual a todo esto desde el principio, con Emilio Rodríguez Cascajosa y Juan Diego Martín Cabeza. Realmente el denominador común es que todas cuentan como un paso para habitar ese Tercer Cielo, con emociones tan dispares como el tocar fondo, que puede ser la debla; hasta lo más folclórico o alegre, que podrían ser los verdiales. A veces hay que tocar fondo para después tocar el cielo.

Esta conjunción entre Rocío Márquez y Santiago Gonzalo Bronquio aparenta ser un laboratorio del que podrán surgir infinidad de combinaciones. ¿Se plantean una colaboración duradera?Es muy posible, pero ahora estamos a tope con la propuesta en directo, viendo la vida propia que va cogiendo el proyecto. Ya llevamos unos cuantos conciertos desde mayo, pero en teatro hay posibilidades a nivel escénico que no se presentan en festivales al aire libre. Está siendo tan bonito y enriquecedor que por mi parte sería posible y deseable, pero aquí hay mucho que exprimir todavía.

El flamenco se mete en mi vida por un montón de grietas
Un retrato de Santiago Gonzalo 'Bronquio' y Rocío Márquez
Un retrato de Santiago Gonzalo 'Bronquio' y Rocío Márquez
@Lhaura Raín
La cantaora Rocío Márquez y el violagambista Fahmi Alqhai

Rocío Márquez

  • Huelva, 1985
Rocío Márquez (Huelva, 1985) lleva más de una década labrando una sólida carrera artística que hoy desborda el panorama flamenco, donde es ya un claro referente y figura consolidada. “Claridad” (2012), “El Niño” (2014), “Firmamento” (2017), “Diálogos de viejos y nuevos sones” (2018) -junto a Fahmi Alqhai-, “Visto en El Jueves” (2019), por el que obtuvo el premio Les Victoires du Jazz al mejor álbum de músicas del mundo y "Tercer Cielo" (2022) son sus trabajos discográficos. Entre otros premios, ha conseguido la Lámpara Minera en el Festival de La Unión, el Giraldillo a la Innovación de la Bienal de Sevilla, el Coups de Coeur de la Academia de Charles Cros (Francia), el Premio Meridiana de la Junta de Andalucía y el Premio Plaza de España del Gobierno de España. Rocío Márquez es Doctora cum laude por la Universidad de Sevilla con su tesis sobre “Técnica Vocal en el Flamenco”, es docente en el Máster Interuniversitario en Investigación y Análisis del Flamenco.

Un trabajo de tal complejidad técnica como Tercer cielo, ¿cómo puede trasladarse al directo enriqueciendo la propuesta?Aunque mantenemos el repertorio del disco, le damos una vuelta y aprovechamos las transiciones para girar más hacia lo experimental y la improvisación. Que haya margen para que esté vivo. La propuesta escénica es de Antonio Ruz, con asesoramiento de Roberto Martínez y el sonido de Manu Meñaca.

"La noche Pastora / mi cama Paquera / tu pelo se enreda / sobre el edredón". La Niña de los Peines y Paquera de Jerez. ¿Va por ellas?Pues mira es una mezcla porque cuando dije Pastora sí me refería a La Niña de los Peines, pero Paquera, aparte de La Paquera de Jerez también es mi perra (risas). Está todo muy solapado. Al final el flamenco se mete en mi vida por un montón de grietas. Estábamos improvisando en casa, pensando en voz alta, y acabamos fijando esa letra. Yo tengo como si fueran parpadeos mentales en que se me vienen a la cabeza palabras o frasecitas.

De todos modos, cuántos caminos abrieron aquellas mujeres en el terreno del flamenco, ¿verdad?¡Qué maravillosas, claro que sí! Hemos tenido mucha suerte porque ya nos hemos encontrado el camino bastante allanado, que no quiere decir que todavía no nos quede mucho para conseguir la igualdad, pero tenemos que estar muy agradecidas a las que han venido antes.

"Que uno más uno es uno, desde que te estoy queriendo". Lo canta por bulerías y se refiere al amor pero, ¿en el arte ha llegado a esa conjunción máxima? ¿ha tenido la sensación de que una fusión así genera algo grandioso?Totalmente. Carmen Camacho y yo firmamos esa letra, y creo que se puede ver desde el punto de vista del amor, aunque lo engloba todo. Tiene un sentido espiritual y también está el aspecto artístico. Al final, la única manera de difuminar fronteras y de fluir y permitir que algo se haga grande es percibir esa unión. No ver las diferencias sino sentir lo que une.

En cuanto a tipo de voz y estilo, encontramos asociaciones difíciles de imaginar, como la de esa Rumba que canta junto a Livia (41V1L). Sin embargo, el encuentro funciona perfectamente. Cuéntenos cómo fue la experiencia.Ese encuentro fue precioso, porque además Livia es muy amiga de Santi. Es una composición suya y cuando me la pasó dije “qué maravilla de rumba”. Lo bonito ha sido ver que realmente compacta muy bien y comprobar que lo radicalmente opuesto puede casar perfectamente.

El flamenco posee un carácter vital, humano y emocional por encima de códigos complejos

Ha dicho en algún momento que Enrique Morente abrió una puertecita para ver la evolución del flamenco ¿Qué importancia tuvo el gran Morente para los flamencos inquietos como usted?Enrique ha sido uno de los grandes referentes de mi generación y abrió un camino que sólo tenemos que continuar. Nos invitó a hacer ese viaje y todavía hay campos con las posibilidades casi intactas. El flamenco es un género que surge de la mezcolanza y siempre han surgido debates y discusiones, porque necesita de esa fuerza de la raíz y lo tradicional. A mí me gusta verlo como dos raíles, que para abrir camino tienen que ir de la mano. Una visión más tradicional y otra más experimental, que siempre han convivido. Además, me sorprende que la unión del flamenco y la electrónica se vea como nueva, porque desde Val del Omar ya estaban esas conexiones hechas.

Cuando los flamencos se adentran en terrenos inexplorados parece que se encuentran en cierto modo sujetos a la ortodoxia. ¿Cree que esa sujeción al pasado es más acusada en el flamenco que en otras músicas?
Realmente creo que existen los mismos debates en el flamenco que en el jazz u otros estilos. No es exclusivo del flamenco. De todos modos, esa polémica enriquece al arte y es señal de que está vivo, o sea que casi hay que celebrarla. Es una muestra de lo amplio y diverso que es.

¿Qué podríamos hacer para que el flamenco forme parte de la enseñanza básica? Por lo menos para que los chavales sepan diferenciar unos tangos de unos fandangos.A nivel legal, en Andalucía ya es una realidad, aunque otra cosa es si llega a cumplirse. Yo tiraría hacia la formación del profesorado, pero si poner el flamenco en los colegios va a hacer que los niños lo odien como odian la flauta, por favor que no lo den. Lo que hay que hacer es motivar al alumnado para que tenga curiosidad y quiera acercarse a todo lo que tiene alrededor, y el flamenco nosotros lo tenemos al lado: en la romería, en las fiestas populares, en la Navidad o la Semana Santa. Habría que poner más el foco en cómo llevamos a cabo ese aprendizaje, que en el hecho de que esté o no. Es cierto que si conoces la melodía de una soleá lo puedes disfrutar el doble, pero lo maravilloso del flamenco es que tiene muchas capas de escucha y quien se esté dando cuenta de eso va a estar flipando y se le va salir el olé, mientras que otras personas que no lo perciban también estarán disfrutando.
El flamenco a veces se quiere volver incomprensible y eso hace que mucha gente se aleje, cuando existe una cuestión vital, humana y emocional por encima de todos estos códigos complejos. Para disfrutar de un recital no es necesario saber distinguir todos los palos. Claro que hay que crear público en esas edades, pero no tiene tanta importancia que me sepan decir si es una seguiriya, una malagueña, o una soleá de Chacón o de El Canario, sino que el público sea capaz de conectar con la emoción, de disfrutar y sentir esa empatía. Si se fomenta ese tipo de acercamiento en las escuelas, quizás no tan analítico, se haría mucho más accesible.

Este rollo de 'cualquier tiempo pasado fue mejor' me cansa muchísimo
'Bronquio' y Rocío Márquez en un cruce de caminos entre la electrónica y el flamenco
'Bronquio' y Rocío Márquez en un cruce de caminos entre la electrónica y el flamenco
@Lhaura Raín

C. Tangana incluye en su espectáculo una especie de fin de fiesta flamenca alrededor de una mesa. Rosalía parte de una indudable raíz flamenca y explora caminos de todo tipo. ¿La impronta del flamenco está presente ahora en la música popular y llegando a las nuevas generaciones?
Hay muchos códigos del flamenco que se están incorporando a la música urbana y esto hace que esté mucho más cerca de los jóvenes. Es algo que hay que celebrar, valorar y aprovecharlo. Además de toda la admiración del mundo a estos artistas que citas, efectivamente le están planteando al flamenco un panorama más accesible. Estamos en un muy buen momento como aficionados que somos.

¿Cómo se puede buscar la esencia de aquello que cantaban Manuel Torre o Agujetas, y que formaba parte de un mundo que ya no existe?La esencia sigue intacta, lo que cambia son las formas y los tiempos. Puedo defender, compartir y vivenciar aquello que conozco y me toca. Cantar desde hoy. Es bastante orgánico aceptar que hay cosas que se pierden y otras que se ganan, y esto ha estado presente desde el principio. Ya Demófilo - el estudioso del folclore Antonio Machado y Álvarez (1846-1893)- decía que por culpa de Silverio Franconetti, que profesionalizó el cante y lo introdujo en los cafés cantantes, se iba a perder la pureza. Este era el discurso de hace más de un siglo. ¿No hemos aprendido nada desde entonces? El flamenco, como todo arte o como la vida misma, continúa su camino. Este rollo de “cualquier tiempo pasado fue mejor” me cansa muchísimo. Me puedo ‘emborrachar’ con (Manuel) Vallejo. Sé disfrutar de otros tiempos, pero si convertimos el flamenco en algo romántico, museístico o inalcanzable, nos va a llevar por la calle de la limitación y no por la de la posibilidad. Soy amante de conocer todo eso, pero hoy estamos en otra. Si esos mismos artistas hubieran nacido ahora, habrían aprovechado los recursos que tenemos hoy.

Acabamos por el principio. Han pasado diez años desde que apareció su primer disco, Claridad. ¿En aquel momento podía imaginar que al cabo de una década estaría pisando los terrenos que ahora pisa?¡No! (risas). Desde luego que no lo hubiera adivinado en mi vida. Me encantaría que dentro de diez años hablemos y hagamos la misma reflexión.

Estaremos ya en el décimo cielo, por lo menos.¡Sería maravilloso! Yo trabajo para ello y me gusta esa dirección.

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