Un hombre tomó como rehenes a seis personas, entre empleados y clientes, en una sucursal bancaria en el centro de Beirut, Líbano, para exigir la devolución de sus ahorros bloqueados en la entidad. 

Los hechos ocurrieron en la mañana de este jueves cuando Bassam al-Sheikh Hussein, un hombre de 42 años, entró al Banco Federal del Líbano con un fusil y una cantidad indeterminada de gasolina solicitando los 209.000 dólares que había depositado allí antes del inicio de la depresión económica. 

El director de esta Asociación de Depositantes, Hasan Mughanieh, se encargó de negociar con la Asociación de Bancos en nombre del asaltante, quien demandaba llevarse la totalidad de su dinero para poder costear una operación de su padre enfermo.

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Después de varias horas de negociaciones, el atacante liberó los rehenes y salió de la sucursal sobre las siete de la noche (hora local) escoltado por las fuerzas de seguridad. Todavía se desconoce si enfrentará algún cargo por estos hechos.

La Asociación de Depositantes, que previamente había informado de que el hombre rechazó una oferta para retirar 30.000 dólares, no precisó si finalmente el hombre pudo llevar la totalidad de sus ahorros, ni a cuánto haciende la suma que le fue entregada como parte del acuerdo. 

Crisis económica en el Líbano

La tendencia del ahorro en dólares en el Líbano comenzó a raíz de la guerra civil librada en el país entre 1975 y 1990, mientras que el sistema bancario se convirtió en tenedor de la mayoría de la deuda que fue emitiendo el Estado de posguerra para contrarrestar su déficit. 

A finales de 2019, se hizo aparente que las entidades no tenían liquidez suficiente para entregar dólares a todos los depositarios y el sistema se vino abajo, haciendo que las cuentas en dólares quedasen virtualmente bloqueadas.

Los bancos tomaron algunas medidas como permitir la retirada en libras libanesas a un tipo de cambio algo superior al oficial, de unas 1.500 unidades por un dólar, pero muy inferior al ofrecido en el mercado paralelo, donde en los últimos meses ha rozado las 35.000 libras por billete estadounidense.