Los Mossos d'Esquadra han intensificado la lucha contra el tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral, una realidad "creciente" en contextos de inestabilidad y de necesidad, según ha apuntado el cuerpo en un comunicado.

En 2021, el cuerpo llevó a cabo 10 investigaciones policiales que comportaron la detención de nueve personas y, en lo que llevamos de 2022, hay nueve investigaciones abiertas: cuatro con fines de explotación sexual, tres con fines de explotación laboral y dos más con el fin de llevar a cabo actividades delictivas. 

Para combatir esta lacra, los Mossos incrementan en 11 efectivos la Unidad Central de Tráfico de Seres Humanos y se crea un grupo de cinco personas que se dedicará, exclusivamente, a tratar y acompañar a las víctimas, en coordinación con las entidades que trabajan en este ámbito. Entre 2016 y 2022, un total de 51 víctimas de trata han sido atendidas.

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La policía catalana busca combatir, así, a las mafias "que explotan a personas vulnerables, a menudo captadas en países con condiciones de vida precarias, ya sea a través del engaño o de la coacción". Estas redes, continúan, "se aprovechan del estado de necesidad de estas personas, que ven en la posibilidad de trabajar fuera de su país una oportunidad de mejora y, a veces, de casi supervivencia". 

Señalan, además, que muchas de las personas afectadas son reticentes a denunciar o a colaborar con la policía, ya sea por coacciones y amenazas de hacer daño a sus familiares o porque, al venir de realidades sociales extremadamente precarias, "les cuesta percibir su condición de víctima y explotada, porque las condiciones de vida que tienen aquí les parecen asumibles en comparación a lo que tenían anteriormente". Por este y otros motivos, los Mossos apuntan que existe una "cifra oculta" en estos delitos.

Perfil de las víctimas

Los Mossos señalan que existen muchos tipos de víctimas según la finalidad de la explotación, su país de origen o su estatus socioeconómico, entre otras cosas. 

En cuanto a las víctimas de tráfico para explotación sexual, la mayoría son mujeres de países del África subsahariana, que son "impulsadas a viajar a Europa bajo el engaño de un trabajo legal y la promesa de la obtención de papeles". Tras un viaje "complejo", una vez en España son "obligadas a practicar la prostitución sometiéndose a innumerables violaciones y agresiones sexuales durante años".

Respecto a las víctimas de tráfico para explotación laboral o para llevar a cabo actividades delictivas, el sexo de la persona "no tiene un peso muy específico, ya que pueden ser tanto hombres como mujeres".