"Había mucho viento, de 30-40 kilómetros a la hora. Y la tierra en la que entró Ángel estaba lista para cosecharse, muy alta. Prácticamente corría más el fuego que la máquina con la que intentaba pararlo". Así explica Juan José Peña --constructor, vecino de Tábara y amigo de Ángel Martin Ballestero-- la dramática situación que enfrentó su amigo el lunes, después de confirmar que, a estas horas, vive sus horas más críticas en el hospital, con más del 60% del cuerpo quemado, tras escapar de milagro de entre las llamas en el incendio que ha arrasado el término municipal de Tábara (Zamora).

Como en cualquier pueblo cuando surgen llamas, algo demasiado habitual en verano en España, donde solo en los últimos días van 30.000 hectáreas quemadas, los vecinos de Tábara fueron los primeros en acudir sin pensárselo a ayudar a los medios especializados. Así lo ratifica Peña en conversación telefónica con 20minutos. "Vamos a ver: en un incendio, más si corre riesgo tu propiedad, acudes con lo que tengas en la mano, con un tractor, una manguera, lo que tengas disponible para ayudar". 

Y explica que Ángel  Martín Ballestero pretendía evitar que el fuego alcanzara el pueblo y una gasolinera que podía haber explotado (y que gracias a un cambio de viento también milagroso logró zafarse cuando estaba a 300 metros). En su caso, según Peña, Martín Ballestero llevó hasta dentro del fuego una máquina "mixta", que se emplea en la realización de movimientos de tierra, en excavaciones.

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"Lo que pretendía era arrancar la capa primera de hierba seca con la pala y que saliera de abajo tierra, que esa no prende", explica Peña, que en ese momento se afanaba en otro flanco del fuego a un kilómetro de distancia, donde vio amenazada la nave de su empresa de construcción.

Pero, lamentablemente, Martin Ballestero se topó el lunes con un enemigo imbatible: un cambio de viento fuerte y continuado, que suele provocar un incremento de la longitud de llama y una elevada velocidad de propagación del incendio, más si la vegetación está con un bajo contenido en humedad o agostada. 

"Lo que pretendía era arrancar la capa primera de hierba seca con la pala y que saliera de abajo tierra, que esa no prende"

El constructor Peña y su mujer son muy amigos de la familia del hombre que está "muy crítico" en la unidad de quemados de un hospital luchando por salvar su vida.

"Ángel es natural de Tabara, él y su mujer tienen un almacén de material de construcción en el que yo compro habitualmente. Su hija y mi hija están en estos momentos juntas en un campamento a unos 60 kilómetros en dirección a León. Y ya lo hemos hablado con su mujer, nos haremos cargo de la niña cuando haya que ir a recogerlas".

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La situación en el municipio de Tábara, que intentaba defender Martín Ballestero está mucho más tranquila este martes. Lo confirma Agustín, dueño del Hostal El Roble de la localidad. "Ahora el frente está en otra parte de dehesas, pero aquí ya estamos fuera de riesgo, las casas se han salvado, aunque han ardido prácticamente todos los terrenos agrícolas. Explotaciones de cereal: avena, trigo y cebada". 

Agustín también conoce a Martín Ballestero, y explica que, después de unos años afincado en País Vasco, volvió para regentar el almacén de materiales junto a su mujer, y porque es donde vive toda su familia. Agustín explica que el primero en recogerle cuando salió milagrosamente de entre las llamas fue el alcalde del cercano municipio de Pozuelo de Tábara, Jesús Ángel Tomás, que lo montó como buenamente pudo en su todoterreno para que recibiera ayuda médica. "Fue un milagro que saliera como otro milagro que no ardiera todo, si hubiera llegado a la gasolinera..."

En declaraciones a Antena3, el regidor de Pozuelo de Tábara ha explicado que en el trayecto en coche el hombre estaba consciente, pese a estar completamente quemado, y solo pendiente del "disgusto" que le iba a dar a su mujer: "Pero es que le pilló el fuego. Cuando el viento cambia de dirección te envuelve en décimas de segundo".

Declaraciones de la familia de Ángel

La prima de Ángel Martín, María Inés Díez, ha lamentado la situación actual de su primo ya que "le ha pasado por meterse más de lo que le correspondía, se ha jugado la vida por defender al pueblo de Tábara". 

La intención de Ángel era hacer una zanja como cortafuegos cuando un golpe de viento hizo que se viese engullido por las llamas con su maquinaria. Pudo salir del vehículo y huir a pie corriendo pero esto le provocó quemaduras graves y fue evacuado en helicóptero medicalizado al Hospital Río Hortega de Valladolid.