Afganistán, de colonia a Estado fallido: un país azotado por la guerra, el terrorismo, los talibanes y por el gran terremoto

Un talibán en la frontera con Pakistán en Spin Boldak.
Un talibán en la frontera con Pakistán en Spin Boldak.
EFE
Un talibán en la frontera con Pakistán en Spin Boldak.

La geografía de Afganistán parece una metáfora de su propia historia, llena de inestabilidad y de imperios que fracasaron en su intento de subyugarla. Por si fuera poco, esa retorcida geografía se levanta sobre una serie de fallas, lo que la convierte en una región tectónicamente activa. La última prueba, el terremoto de este pasado miércoles.

Retorcida geografía y complicada historia. Para ver lo uno y lo otro, El hombre que pudo reinar sigue siendo una magnífica ventana. En la película de John Houston -basada en el libro de Rudyard Kipling- aquellos inolvidables pillos grandes, Danny (Sean Connery) y Peachy (Michael Caine), se adentran en el interior del país buscando riquezas y tesoros, mientras se las ven con las tribus afganas.

Han pasado 150 años de aquel relato, pero la historia muestra que las cosas no han cambiado mucho en lo profundo de Afganistán. Si acaso han ido a peor. La pesadilla talibán sigue ahí y más viva que nunca. Afganistán es hoy (oficialmente) el Emirato Islámico de Afganistán.

Indómita geografia, indómitas tribus

Se trata de un país muy montañoso sin salida al mar. Limita con Pakistán al sur y al este, con Irán al oeste, con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán al norte, y con China al noreste. Kabul es la capital y ciudad más grande (unos 4,6 millones de habitantes).

Su íntima estructura tribal es lo que, históricamente, ha hecho tan difícil la definición de Afganistán como Estado

Afganistán es uno de los países más pobres del mundo. Prueba de ello es que muchos de sus habitantes son refugiados (consecuencia, primero, de la guerra afgano-soviética y de la llegada de los talibán, después). El país de los afganos ha sufrido la invasión (o el intento) de muchos imperios: como poco, persas, griegos, árabes, mongoles, británicos y rusos.

Escena de un mercado en Kabul, Afganistán
Escena de un mercado en Kabul, Afganistán
EFE

Pero casi todos fracasaron. Indómita geografia e indómitas tribus que la habitan, empezando por los pastunes (los más poderosos) y siguiendo por los tayikos, los uzbekos, los nuristaníes, los hazaras y los baluchíes, entre otras.

Su íntima estructura tribal es lo que, históricamente, ha hecho tan difícil la definición de Afganistán como Estado. Antes de llamarse Afganistán, desde la edad Moderna, fue Ariana (asentamiento de tribus arias en el II milenio a. C.) y Jorasán (medioevo).

Del fracaso británico al americano

Ya en el siglo XVIII, el Imperio británico intentó someter a los afganos hasta en tres ocasiones entre 1839 y 1919. En todas ellas fracasaron. En la primera, Reino Unido invadió Afganistán para frenar la expansión de Rusia por Asia Central.

En 1878, lo hizo de nuevo y también para poner límite al expansionismo ruso. Como cuenta a la BBC el historiador militar Huw Davies, incapaces de dominar el país por vías militares o políticas, Londres decidió aislar Afganistán de la diplomacia de la época. El tercer intentó fue consecuencia de la declaración de independencia de los afganos en 1919.

El Imperio británico intentó someter a los afganos hasta en tres ocasiones entre 1839 y 1919

Desde entonces, un régimen monárquico cubrió de aparente unidad al país de las tribus y de sus distintos señores. La historia dio un brinco en 1973, cuando se declaró la República de Afganistán.

En 1978, la Revolución de Saur trajo la República Democrática de Afganistán, de carácter comunista. Ante la oposición de la guerrilla islámica, la URSS intervino en apoyo de la república. Fue una guerra civil y una guerra de Moscú contra Washington, porque los islámicos tuvieron el apoyo de Estados Unidos (también de Pakistán y Arabia Saudí).

De los muyahidín a los talibán

La Casa Blanca comete aquí su primer pecado afgano. A través de la CIA, recluta y arma a fundamentalistas islámicos (los muyahidín). Lo que en ese momento parece una buena táctica para luchar contra la URSS, luego se volverá contra los norteamericanos y contra los propios afganos.

En 1979, el Consejo Revolucionario derroca la República Democrática de Afganistán. Pero los rusos no se han ido. De hecho, no se empiezan a retirar hasta mayo de 1988. Su salida es definitiva en febrero de 1989 y ya en 1992 los muyahidín se hacen con el gobierno, creando el Estado Islámico de Afganistán.

La guerra provocó un éxodo CIAmasivo: en 1985, tres millones de afganos habían abandonado su país

La guerra provocó un éxodo masivo de la población hacia Irán y Pakistán. Se calcula que en 1985, tres millones de afganos habían abandonado su país. La población de Afganistán cayó de 13,41 millones en 1979 a 11,61 millones en 1988.

Soldados soviéticos en Afganistán en 1988.
Soldados soviéticos en Afganistán en 1988.
Mikhail Evstafiev / WIKIPEDIA

Pero las cosas siempre pueden ir a peor. Después de una devastadora guerra civil, los talibanes se hacen con el control de Afganistán en 1996, ayudados por Arabia Saudí, Pakistán y por Osama Bin Laden. Impusieron un estricto régimen islámico.

Tras el 11-S, como parte de la 'guerra contra el terrorismo' declarada por Washington, una coalición comandada por Estados Unidos invade el país, instaurando (o casi) un nuevo régimen. Fue la llamada 'Operación Libertad Duradera'.

Los estadounidenses fracasaron, como antes lo hicieran rusos e ingleses, en la que se considera guerra más costosa de la historia. Los talibanes no desaparecieron, simplemente se desplazaron a zonas más recónditas del país, sobre las que mantuvieron el control.

La pesadilla talibán

En 2021, el presidente Biden decide la vuelta a casa de las fuerzas estadounidenses. Tras una lamentable operación de salida (segundo pecado americano en Afganistán), el terror talibán se hace con el control de todo el país y lo convierten en un lugar de pobreza y corrupción permanentes.

Hoy, Afganistán es considerado el país más peligroso donde pueda vivir una mujer si se toman en cuenta otros factores como la salud, la violencia sexual y no sexual, la violencia doméstica y la discriminación económica.

Así, el 87% de las mujeres son analfabetas y hasta el 80% padecen matrimonios forzosos. Las mujeres no tienen acceso a servicios sanitarios básicos, ni a recursos financieros y carecen de libertad para elegir pareja. Y todo en un país extremadamente pobre.

El 90% de la población trabaja en el sector agrícola. Se cultiva principalmente trigo, maíz, arroz, cebada, hortalizas, frutos secos y adormidera, esta última cultivada de manera ilícita para la fabricación de opio y sus derivados como la heroína. De hecho, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Afganistán es el primer productor y exportador ilegal en el mundo.

El terremoto de este miércoles ha dejado ya en Afganistán 1.500 muertos y miles de heridos. Los talibanes han pedido ayuda internacional para esta emergencia. No disponen de medios. La ONU ya está movilizada.

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