La medalla del Nobel de la Paz ruso Dmitry Murátov, subastada por la cifra récord de 103,5 millones en beneficio de los niños ucranianos

El premio Nobel de la Paz 2021, el periodista ruso Dmitry Murátov, muestra su medalla, subastada en beneficio de Unicef para ayudar a los niños ucranianos.
El premio Nobel de la Paz 2021, el periodista ruso Dmitry Murátov, muestra su medalla, subastada en beneficio de Unicef para ayudar a los niños ucranianos.
ÁNGEL COLMENARES / EFE
El premio Nobel de la Paz 2021, el periodista ruso Dmitry Murátov, muestra su medalla, subastada en beneficio de Unicef para ayudar a los niños ucranianos.
El premio Nobel de la Paz 2021, Dmitry Murátov, redactor jefe del influyente diario ruso 'Novaya Gazeta', ofreció en subasta su medalla para apoyar los esfuerzos humanitarios de Unicef con los niños y familias ucranianos obligados a huir de su país.
EFE

La medalla del último premio Nobel de la Paz, el periodista ruso Dmitry Murátov, fue vendida este lunes en Nueva York en una subasta y recaudó la cantidad récord de 103,5 millones de dólares (98,3 millones de euros), que irán íntegramente destinados a Unicef para ayudar a los niños ucranianos.

La puja, que fue conducida por la casa Heritage de subastas, duró 20 minutos, en los que el precio de la medalla subió de 787.000 dólares hasta los 15 millones, cuando de pronto un comprador anónimo comunicó por teléfono que pagaba 103,5 millones de dólares, poniendo fin a la venta.

Aunque otras medallas ganadas por premios Nobel han sido vendidas o subastadas en el pasado, nunca ninguna llegó a alcanzar ni siquiera la décima parte de esa cantidad, y de hecho la medalla más cara se había venido por 4,76 millones de dólares en 2014.

La casa Heritage renunció a cobrar las tasas que se acostumbran en las subastas, por lo que el importe completo irá destinado a Unicef.

"Quieren destruir su futuro"

Murátov, fundador y director del último periódico disidente ruso, Novaya Gazeta, hoy cerrado, fue invitado por Heritage a la puja de este lunes, en un acto donde fue vitoreado prácticamente como una estrella de rock, aunque él, que se expresó todo el tiempo en ruso, dijo que para "no se trataba de ninguna fiesta", sino que quería hablar "de la solidaridad humana y de las dificultades".

El periodista recordó que de los 16 millones de refugiados ucranianos, un 40% son niños, o que dos tercios de los niños ucranianos han tenido que dejar sus hogares, algo que, según afirmó, jamás había sucedido en un conflicto en tan poco tiempo.

EL Nobel de la Paz puso como ejemplo un niño ucraniano que se encontró en Rusia y que le pidió dinero "para poder recargar el teléfono con el que llamar a su madre en Ucrania", y pidió a la audiencia que se pusieran por un momento en su lugar.

"Han matado su pasado y ahora quieren destruir su futuro" dijo.

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