Tras la pandemia, vuelven a escena las carreras de Ascot, el desfile de carruajes que congrega a la familia real británica. Allí se reúnen las principales figuras de la monarquía con sus mejores trajes de chaqué y unos asombrosos tocados.
La jornada inaugural contó con una gran representación de la corona británica. El príncipe Carlos y su esposa, Camilla de Cornualles, fueron los más destacados. La reina Isabel II, a pesar de su afición por el evento y de la participación de uno de sus caballos, no asistió por sus problemas de movilidad.
Carlos de Inglaterra, como máximo representante en el acto, acudió visiblemente emocionado por volver a vivir una jornada así dos años después. Tanto que dejó para el recuerdo algunos momentos que han llamado la atención a todos.
El heredero de la corona se mostró más cariñoso de lo que acostumbra. De hecho, el momento más destacado llegó cuando fue a saludar a Sophie de Wessex, su cuñada y esposa del príncipe Eduardo de Inglaterra.
Carlos procedió a saludar a Sophie, con quien compartía palco junto a Camilla, y le plantó un beso, lo que sorprendió por lo poco habitual que es entre los royals públicamente. Precisamente ese gesto fue captado por las cámaras, por lo que el momento queda ya inmortalizado para la posteridad.
Además de ellos, a la cita acudieron también la princesa Ana y sus hijos, Beatriz de York y su marido, los príncipes de Kent y los padres de Kate Middleton, Michael y Carole.
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