Tania Medina se convirtió el pasado domingo en la nueva expulsada de Supervivientes. La decisión del público ha caído como un jarro de agua fría sobre Alejandro, su chico. Sin embargo, ella ya está disfrutando de su vuelta a la civilización casi dos meses después de comenzar la aventura.

La exconcursante llegó al hotel de los expulsados y lo primero que hizo fue disfrutar de una larga ducha con agua caliente, que puede ser lo que más echan de menos durante el programa. Mientras se bañaba, Tania se llevó una gran sorpresa.

"Lo que agradezco este agua caliente, me quiero hasta quemar. Nos bañábamos tres veces a la semana, es muy fuerte", dice en primer lugar la novia de Alejandro, alucinando con todo lo que ha vivido.

Luego se dio cuenta de que la ducha estaba siendo tan necesaria como disfrutada. "Está saliendo agua negra, que cosa más asquerosa", exclamó con sorpresa. Y es que es normal teniendo en cuenta que en la isla, además de poco, lo hacen en unas condiciones mucho más pésimas.

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Tras la ducha, Tania se enfrentó a su primer desayuno al completo. "No me lo puedo creer", fue lo primero que dijo al ver una mesa repleta de pan, embutido, bollos y fruta. Mientras devoraba todo eso, tuvo que ir respondiendo a las preguntas que le hizo el programa.