El despido por acumulación de bajas médicas justificadas fue derogado hace ya más de dos años, en febrero de 2020, cuando el Gobierno aprobó una ley que eliminaba el artículo 52.d del Estatuto de los Trabajadores, por el que el empresario tenía permitido el despido objetivo de un trabajador por las faltas de asistencia al trabajo, justificadas pero intermitentes, al alcanzar un determinado porcentaje.

Desde entonces, un empleado no puede ser despedido si el motivo de su cese en la empresa es que se encuentra de baja, siempre y cuando esta sea justificada, pues de lo contrario el empresario sí que tendría derecho a echar al trabajador, que estaría incurriendo en un incumplimiento de su contrato.

Por otro lado, podría despedir a un trabajador aunque esté de baja médica justificada si se diese por otras otras circunstancias ajenas a la baja por enfermedad que están permitidas por la ley, como las causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, se desprende del Estatuto de los Trabajadores.

En este caso, si el empleado considera que esta no es la razón real por la que ha sido despedido, sino que el motivo es su baja, tiene derecho a recurrir el despido, para lo que debe seguir una serie de pasos que comienzan con indicar en la carta de despido que se está 'No conforme' con el mismo, informa NoticiasTrabajo.es.

Una vez se ha señalado la disconformidad, el trabajador tendrá un máximo de 20 días hábiles para acudir al Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación y explicar su caso a través de una notificación escrita, lo que desembocará en una reunión entre el empresario y el trabajador concertada por dicho ente.

Si dicho encuentro finalizase sin acuerdo entre las dos partes, el empleado podría demanda a la empresa y tratar de demostrar que su cese en la misma se ha producido como consecuencia de una baja por enfermedad.