Muere Dimitry Kovtun, el ex espía ruso que soñaba con ser estrella porno y uno de los autores del envenenamiento de Litvinenko

Dmitry Kovtun, ex espía ruso
Dmitry Kovtun, ex espía ruso
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Dmitry Kovtun, ex espía ruso

El ex agente del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, Dmitry Kovtun,  ha muerto a los 56 años por complicaciones derivadas del Covid. Este ex espía, fue acusado de envenenar al crítico de Putin y desertor, Alexander Litvinenko. Su muerte según informa el Daily Mail, ha hecho imposible que se le condene por ello.

En 2006, Alexander Litvinenko, crítico contra Putin, murió de forma agonizante en Londres, tres semanas después de beber una taza de té que contenía el venenoso isótopo radiactivo Polonio-210. Kovtun fue declarado culpable de matar a Litvinenko por un tribunal del Reino Unido en 2016, que decidió que había una "gran posibilidad" de que las autoridades rusas ordenaran al espía y aspirante a estrella porno que matara a su compatriota por traicionar a su país.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirmó el fallo en 2021, cuando declaró al Estado ruso responsable del asesinato de Litvinenko y encontró culpables a Kovtun y a un amigo suyo, Andrey Lugovoy. El veredicto del TEDH se produjo después de que la viuda de Litvinenko, presentara un caso exigiendo una compensación a las autoridades rusas por la muerte de su marido.

El tribunal ordenó a Rusia que le pagara una indemnización de 100.000 euros, pero los asesinos nunca fueron llevados ante la justicia. Ahora, el fallecimiento de Kovtun ha reavivado el debate sobre cómo él y Lugovoy pudieron urdir el asesinato del ciudadano británico con polonio, en suelo inglés y aún así escapar del castigo.

Caso Litvinenko 

Alexander Litvinenko nació en 1962 y formó parte del Minsiterio del Interior de la Unión Soviética. Fue reclutado por la KGB, donde disfrutó de una carrera exitosa que siguió con su sucesor postsoviético, el FSB. Sin embargo, a finales de los 90 se había desilusionado con la corrupción presentes en la policía y la política rusas.

Poco después, se declaró a sí mismo como enemigo del régimen ruso cuando habló públicamente sobre el alcance de la corrupción en 1998 y huyó a Londres dos años después, donde se le concedió asilo junto con su mujer Marina y su hijo Anatoly.

Habiéndose establecido en Inglaterra, gracias al oligarca ruso y también crítico de Putin, Boris Berezovsky, el desertor se convirtió en consultor de la inteligencia británica y publicó varios libros sobre la corrupción y el terrorismo patrocinado por el Estado en Rusia.

Entre 2005 y 2006, Litvinenko desarrolló relaciones con compañías de seguridad privada en un intento por establecer una nueva fuente de ingresos. El ex agente del FSB comenzó a trabajar con la empresa de seguridad británica Erimys en 2006, con la condición de que pudiera aprovechar sus contactos de seguridad rusos para asegurar las relaciones comerciales de la empresa en el sector del petróleo y el gas ruso.

Sin darse cuenta comenzó a planear su propio asesinato en julio de 2006, cuando organizó una serie de reuniones con Andrey Lugovoy, un asociado del benefactor de Litvinenko y uno de los pocos rusos en los que aún confiaba el desertor. Ambos habían trabajado juntos en la década de 1990, pero desde entonces a Lugovoy se le había ordenado la tarea de eliminar a su antiguo colega como traidor a Putin y al régimen ruso.

El 1 de noviembre de 2006, ambos se reunieron en el Millennium Hotel de Mayfair. Litvinenko creía que estaba allí para discutir posibles negocios, mientras tomaban el té. Un sorbo del líquido mezclado con veneno radiactivo fue todo lo que necesitó acabar con su vida. Alexander Litvinenko murió a los 43 años el 23 de noviembre de 2006, tres semanas después de beber té verde mezclado con Polonio-210.

Tras el rastro de los culpables

Días antes de morir, Litvinenko advirtió que creía que Vladimir Putin había ordenado al FSB y en concreto a Dimitry Kovtun, que lo matará. Una investigación pública sobre su muerte mostró evidencias sobre a Kovtun y Lugovoy como los asesinos, después los investigadores encontraron rastros de polonio-210 en todos los lugares que se sabía que la pareja había visitado durante su estancia en Londres.

La firma radiactiva de la sustancia también se detectó en el asiento del avión que ocupó Kovtun,  en su vuelo de Londres a Hamburgo después del asesinato, así como en su automóvil y en el departamento de su ex esposa donde se hospedó antes de regresar a Rusia.

En septiembre de 2021, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirmó el fallo del tribunal del Reino Unido en respuesta a un caso presentado por la viuda, donde señalaron que "Rusia fue responsable del asesinato de Alexander Litvinenko en el Reino Unido".

El tribunal también concluyó que las autoridades rusas no investigaron suficientemente el asesinato y señaló que no se realizaron arrestos en su territorio en relación con el asesinato a pesar de las numerosas órdenes de arresto internacionales y las amplia evidencias que los implicaban.

No fueron llevados ante la justicia

A pesar de contar con múltiples pruebas, Rusia siempre ha rechazado cualquier participación en la muerte, negándose así a cumplir las ordenes de arresto. Desde la Fiscalía de la Corona, se solicitó que la pareja fuera extraditada para ser juzgada en los años posteriores a la muerte de Litvinenko, pero las solicitudes rápidamente fueron rechazadas.

El año pasado, desde el Kremlin, Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente, rechazó el fallo del TEDH, declarando que Rusia "no estaba preparada para aceptar tales decisiones" ya que el veredicto era "totalmente infundado".

Dimitry Kovtun, quién a muerto por Covid a los 56 años, era un ex militar que abandonó su puesto en la Alemania Oriental cuando cayó la Unión Soviética en 1991. Solicitó asilo en Hamburgo con su entonces esposa alemana, Inna Hohne.

Su matrimonio se derrumbó poco después debido al hábito de beber de Kovtun y al deseo de convertirse en "una estrella del cine porno". Más tarde regresó a Rusia y fue reclutado por el FSB, que lo desplegó para asesinar a su antiguo agente.

Por otro lado, Andrey Lugovoy, forjó una exitosa carrera política y actualmente es un legislador que disfruta de inmunidad. Tras la muerte de su excompañero, el sábado pasado declaraba que, "hoy tenemos la triste noticia de que mi amigo cercano y leal, Dmitry Kovtun, falleció repentinamente como resultado de una enfermedad grave relacionada con una infección por coronavirus".

Puede que la muerte de Dimitry Kovtun haya hecho imposible que se le juzgue por el asesinato de Alexander Litvinenko, pero aún queda Andrey Lugovoy, quién hasta el momento será intocable gracias a su inmunidad.

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