El arsenal militar es cada vez más variado y sofisticado. La guerra de Ucrania está sirviendo para actualizar el portfolio de artefactos creados por la pujante industria armamentística a uno y otro lado del conflicto. En este arsenal llaman la atención, por su nombre, las bombas merodeadoras. Ya dice la RAE que merodear es "vagar por las inmediaciones de algún lugar". Eso hace esta munición. Empresas españolas están desarrollando lo que llaman nueva generación de este tipo de arma.

A una bomba o munición merodeadora se la conoce también como dron suicida o dron kamikaze. Se trata de un artefacto que merodea en torno al objetivo. Es como si hiciera un vuelo de patrulla con el que "espera" sobre el campo de batalla. Finalmente, cuando localiza el objetivo, ataca.

Este tipo de munición es descrita a veces como mini misiles de crucero de bajo costo, explican en Defensa y Armas. Y es que está a medio camino del misil de crucero y los vehículos aéreos de combate, pero con la ventaja de que una merodeadora puede sobrevolar el entorno del objetivo durante varias horas.

Este tipo de munición es descrita a veces como mini misiles de crucero de bajo costo

De modo que el dron kamikaze -una vez cargado y lanzado- puede patrullar sobre el campo de batalla en busca de objetivos. Estos pueden predeterminarse con coordenadas exactas que se le envían aunque ya esté en vuelo, pero también puede haber un operador que lo "pilote" de forma remota.

Es más, si la bomba merodeadora no encuentra un objetivo puede regresar. Luego se recupera y se reutiliza. En esos casos no habrá destruido un objetivo, pero traerá consigo los datos del campo de batalla que habrán recopilado sus sensores.

De Israel a Azerbaiyán

Al principio de su desarrollo, no se hablaba de munición merodeadora sino de vehículos aéreos no tripulados suicidas o misiles merodeadores. Los primeros ejemplos o precedentes se crean en los años 80. Se mencionan los primeros desarrollos en Israel de Dalila, también allí el IAI Harpy y en Estados Unidos, el fallido programa Arco Iris Tácito.

Athlonavia

Las bombas merodeadoras surgieron para suprimir las defensas aéreas enemigas contra los misiles tierra-aire. En los años 90 varios Ejércitos desplegaron este tipo de munición.

El uso que Azerbaiyán hizo de este tipo de armas contra Armenia resultó clave en su victoria final en Nagorno-Karabaj

A partir de la década de 2000, las armas de merodeo se han desarrollado para funciones adicionales que van desde ataques de relativamente largo alcance y apoyo de fuego, hasta sistemas tácticos de muy corto alcance para el campo de batalla que caben en una mochila.

Tienen este tipo de munición en sus arsenales: Armenia, Azerbaijan, China, Corea del Sur, EE UU, India, Irán, Israel, Kazajistán, Nagorno-Karabaj, Polonia, Reino Unido, Rusia, Taiwan, Turquía, Ucrania, Uzbekistán y Yemen. El Ejército ucraniano cuenta, por ejemplo, con los Trueno ST-35, también conocido como Trueno Silencioso (en la foto de arriba).

El caso más claro de la eficacia de esta munición merodeadora es el reciente conflicto entre Azerbaiyán y Armenia por el estratégico enclave de Nagorno-Karabaj. Como explica José Alberto Marín Delgado en un boletín del Instituto Español de Estudios Estratégicos, "esta guerra ha proporcionado muchas lecciones sobre la utilización de la tecnología dron en el campo de batalla". Azerbaiyán utilizó una gran variedad de sistemas aéreos no tripulados y eso resultó clave en su victoria final.

Strix y Milvus, merodeadoras españolas

Son, en suma, un arma eficaz, versátil, flexible y barata. Hay empresas españolas que las fabrican. Cuenta Infodefensa que Swarming Technologies and Solutions e Instalaza acaban de anunciar que están trabajando en el diseño de una familia de municiones merodeadoras lanzadas desde tubos desechables, que ya han ofrecido al Ejército español.

STS

Juntos, fabricarán bombas merodeadoras de ala rotatoria (Strix) y ala fija (Milvus) con cabezas de guerra adaptadas a la misión y espoleta electromecánica polivalente. La Strix contará con una versión de 10 km de alcance y autonomía de 30 minutos, y otra con un alcance de 4 km y autonomía de 20 minutos. En ambos casos podrá despegar desde tubo, a mano o desde el aire y admitirán distintas cabezas de guerra.

La munición merodeadora está a medio camino del misil de crucero y los vehículos aéreos de combate

La Milvus, de ala fija, tiene más autonomía, alcance y capacidad de carga. Una versión alcanzará entre 5 y 10 km, con una autonomía de 30 minutos y una velocidad de 120 km/h. Otra, de mayores prestaciones, llega a 40 km, con una autonomía 45 minutos y una velocidad de 140 km/h. En las dos versiones el despegue es desde tubo.

Según ambas empresas, la munición merodeadora lanzada desde tubos desechables tiene varias ventajas: facilita el almacenamiento y el transporte, no es necesario el mantenimiento de la carga propulsora, el tiempo de despliegue es muy inferior al de una lanzadera neumática, un solo soldado puede transportar el sistema fácilmente y el tubo desechable aporta agilidad en la ejecución de la operación, detalla Infodefensa.

Las municiones también podrán actuar como un enjambre. Primero se localiza la zona o zonas donde puede haber objetivos y se lanza un enjambre de municiones merodeadoras. Comienza entonces el proceso de búsqueda. Cuando este finaliza y se localizan los objetivos, se reparten entre los drones y cada uno hace su parte del trabajo.