La apertura de Shein en Madrid ha traído el entusiasmo y la decepción a la misma vez. En su segundo día abierto el gigante chino ha tenido que limitar la entrada de los consumidores debido a la gran afluencia. Solo las primeras 720 personas de la cola podrán entrar al establecimiento físico de este nativo digital.

A las 10:30 de la mañana la cola se prolongaba desde el número 3 de la Calle Sandoval, lugar donde se encuentra, hasta la Glorieta de Bilbao. Momentos antes de abrir la tienda anunciaba que tan solo dejaría entrar a los primeros 720 clientes, 60 por cada turno.

La iniciativa de habilitar una tienda física por unos días en alguna gran ciudad es algo muy poco frecuente para una firma de moda china que habitualmente vende únicamente a través de internet y que, además sin publicidad tradicional, ha logrado codearse en Europa con grandes firmas ya consolidadas, como Inditex, H&M o Primark.

Si no vienen las sesenta personas que tienen que entrar en cada turno, no dejan entrar

Algunos jóvenes de la cola se quejaban de que “si no vienen las sesenta personas que tienen que entrar en cada turno, no dejan entrar a nadie más”.

Garantizar la compra tranquila y sin agobios es lo que desde Shein buscan con estas medidas que solo han permitido el acceso de 60 personas por hora en la tienda porque, según el número, “tienes una hora para entrar”.

La firma ha decidido mantener en esta efímera tienda los mismos precios de compra que en su aplicación online, algo que se puede comprobar a través de un código QR que hay en cada una de las etiquetas de las prendas y accesorios en venta.

Furor en Madrid con la apertura del primer 'pop-up' de Shein, el gigante chino que planta cara a Zara

Las quejas no han tardado en llegar debido a las largas colas que se formaban alrededor de los negocios colindantes del barrio madrileño de Chamberí. Estos culpan a la marca de no haber controlado el volumen de convocatoria hecho a través de las redes, y esperan “poder trabajar” en buenas condiciones el resto del fin de semana.