La Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés) confirmó este miércoles que sigue adelante con su convención anual en Houston (Texas, EE UU), prevista para este fin de semana, pese a las críticas por el tiroteo de este martes en un colegio de la localidad texana de Uvalde.
En un comunicado publicado en Twitter, la NRA expresó su "más profunda" compasión hacia las familias y las víctimas del "crimen horrible y malvado" en el colegio Robb de Uvalde, donde un joven de 18 años irrumpió el martes y abrió fuego con un rifle causando la muerte de 19 niños y dos profesoras.
— NRA (@NRA) May 25, 2022
La NRA destacó en su nota que, pese a que las investigaciones sobre ese suceso siguen en marcha, se trata del "acto de un criminal solitario perturbado".
"Conforme nos reunamos en Houston, reflexionaremos sobre estos eventos, rezaremos por las víctimas, daremos la palabra a nuestros miembros patriotas y prometeremos redoblar nuestros compromisos para hacer que las escuelas sean seguras", dijo el poderoso grupo de presión.
Con Trump y el gobernador de Texas
Desde la tragedia en Uvalde, numerosas voces han instado a la NRA a que cancele su foro anual, donde tienen previsto intervenir el expresidente de EE UU Donald Trump (2017-2021) y el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, entre otros.
Abbott fue interrumpido este miércoles en una rueda de prensa en Uvalde por el excongresista demócrata Beto O'Rourke, actual aspirante a la gobernación texana, quien le espeto que esta tragedia era predecible.
El martes por la noche, horas después del tiroteo, O'Rourke urgió en Twitter a Abbott a que cancelara su intervención en la convención de la NRA en Houston.
El lobby fue también blanco de las críticas del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien en una intervención en el pleno este miércoles dijo que los republicanos se preocupan más de complacer a la NRA que de "las familias que lloran a las víctimas de la violencia con armas de fuego".
Leyes bloqueadas
Schumer recordó que hace casi 30 años el Congreso aprobó la ley Brady que prohibía las armas de asalto a nivel federal (esa norma aprobada en 1994 expiró diez años más tarde al no ser renovada por el Congreso), lo que calificó como "un gran logro legislativo".
Sin embargo, aseguró que hoy en día es casi imposible sacar cualquier regulación adelante por culpa de la NRA y de los legisladores influenciados por este grupo de presión.
El Congreso de EE UU lleva más de dos décadas sin aprobar una ley que limite significativamente la posesión de armas, protegida en la Segunda Enmienda de la Constitución.
Además, la NRA ha ayudado a financiar las campañas políticas de cientos de miembros del Congreso, tanto demócratas como republicanos, según la base de datos Open Secrets que gestiona el Centro para una Política Responsable.
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