Racismo, bullying y violencia: María Lo y David cuentan sus complicadas infancias en 'MasterChef 10'

David y María Lo, en la prueba en exteriores de 'MasterChef 10'.
David y María Lo, en la prueba en exteriores de 'MasterChef 10'.
La 1
David y María Lo, en la prueba en exteriores de 'MasterChef 10'.

La 2 emitió un nuevo programa de MasterChef 10 este lunes 23 de mayo que sirvió para conocer la parte más vulnerable de María Lo, una de las aspirantes más destacadas, que acostumbra a mostrarse estoica, positiva y trabajadora ante cualquier desafío culinario. 

La gaditana se vino abajo en la primera prueba de la noche después de que se le resistiera, hasta en seis ocasiones, un soufflé de queso. Ya en ese momento rompió a llorar y confesó que tanto el peso de perseguir la perfección como la autoexigencia se le hacían, a veces, insoportables.

En esa ocasión, no fue la única en fallar: de hecho, los jueces detuvieron por primera vez la prueba, después de comprobar en 3 horas 45 minutos que ninguno de los concursantes sabían hacer un flan. Por ello, María Lo, Luismi, David y Adrián se ganaron cuatro delantales negros.

En el cocinado, dos de ellos tuvieron una conversación que dejó claro que no habían disfrutado de una infancia feliz. Fueron María Lo y David. La primera contó que sus compañeros en el colegio se reían de ella por ser china, hasta tal punto que ella, muy tímida, temía el momento en el que su padre fuese a recogerla a la salida del centro educativo, pues sabía que causaría un gran estupor por sus rasgos y ella sentía vergüenza.

Por su parte, David, quien ya habló de sus problemas con las adicciones en el casting del formato, uno de los más emotivos de la edición, comentó que, cuando era pequeño, se metían con él por su imagen, que era muy distinta a la actual, y que en una ocasión se congregaron un montón de jóvenes a la salida de su instituto para agredirle: 

"Me encerraron en el baño"

"Recuerdo una vez que vino todo el colegio de al lado a querer pegarme y otra en la que me encerraron en el baño", narró. Según reconoció, esto tuvo mucho que ver con los problemas de drogadicción que desarrolló más adelante: "Hacía cosas que no debería de haber hecho por hacerme el chulito, por protegerme, uno se equivoca".

Al terminar la prueba, María Lo fue una de las mejor valoradas en la prueba en exteriores, por lo que se libró de la penitencia... por poco tiempo, pues su equipo resultó perdedor y tuvo que cocinar en la prueba de eliminación.

David, por el contrario, no recibió comentarios positivos sobre su participación en la prueba grupal, por lo que no se libró del delantal negro en ningún momento. Ya en plató, ambos tuvieron la posibilidad de no cocinar entregando su pin dorado, pero rechazaron esa posibilidad

Eso sí, después y antes de que llegara la hora de que los jueces probaran sus platos, los dos decidieron hacer uso de su privilegio por no estar satisfechos con sus platos y entregaron los pines, asegurándose una semana más en el talent

Aún así, el jurado pidió probar las propuestas de ambos, protagonizadas por pasta fresca. Según dictaminaron, David no se habría salvado, pero María Lo sí, y los jueces volvieron a señalar los problemas de seguridad de la gaditana. Esta rompió a llorar de nuevo y recordó la obsesión por la perfección heredada de su padre: 

"Llegó a España hace 60 años, formaba parte del grupo de los primeros chinos que vinieron. Todo el mundo lo señalaba y su estrategia para no tener un punto negro fue la autoexigencia, pero me lo ha inculcado y ahora yo también cargo con ese peso. Tengo que aprender a ser más justa conmigo misma", reflexionó, en un mar de lágrimas. 

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