MasterChef sorprendió en su última entrega, emitida este lunes 23 de mayo en La 1. El talent culinario dejó claro una vez más que, en muchas ocasiones, lo que parece más sencillo puede convertirse en un auténtico desafío, o al menos en el mundo de los fogones. 

La primera prueba de la gala fue frenada en seco por el jurado, formado por Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz, después de que ningún aspirante fuese capaz de hacer un flan. Tras 3 horas 45 minutos de reto vertebrado por el huevo y muchos flanes fallidos, los jueces no solo detuvieron la prueba, sino que repartieron varios delantales negros, es decir, candidaturas a abandonar el programa.

Los damnificados fueron Luismi, María Lo, David y Adrián. Eso sí, la decisión no fue inamovible: en la prueba en exteriores, celebrada en Cádiz y con los 142 exconcursantes del programa como comensales, los delantales negros tuvieron la oportunidad de redimirse de sus errores.

Así pasó con Luismi, Adrián y María Lo. Aunque a estos dos últimos la alegría les duró muy poco tiempo, pues al pertenecer al equipo peor valorado, el rojo, tuvieron que cocinar en la prueba de eliminación. Lo hicieron junto a David, que no fue tan bien valorado en la prueba en exteriores, Julia, Jokin y Julia, pertenecientes también al grupo perdedor.

Dos de los delantales negros, María Lo y David, pudieron librarse de cocinar utilizando sus pines dorados, pero desecharon la oportunidad... de momento. La prueba estuvo protagonizada por la pasta fresca, y bajo el ojo experto de Andrea Tumbarello, chef de Don Giovanni, tuvieron que preparar dos platos diferentes.

Los ingredientes fueron determinados por los propios compañeros, que se robaron entre sí productos sin saber qué habría que hacer con los restantes, aunque cabe destacar que todos coincidieron en utilizar el robo para favorecer a sus compañeros preferidos. Adrián no fue robado por nadie, así que contó con el privilegio de tener cinco ingredientes más que sus compañeros.

María Lo y David 'huyen' antes de los veredictos

Esto se notó en el resultado, pues fue quien salió mejor parado en las valoraciones y su estreno en el foso, pues hasta la fecha no se había tenido que enfrentar a él. Además, justo antes de las valoraciones huyeron María Lo y David, es decir, utilizaron su pin dorado al no estar satisfechos con sus propuestas.

Aún así, los jueces quisieron probar sus platos, y sentenciaron que María se habría salvado, por lo que tenía que intentar ser más justa consigo misma. Por el contrario, David se habría marchado en caso de no tener un pin dorado, o al menos habría estado en la cuerda floja.

Patricia y Teresa se despiden... hasta la semana que viene

Y justo ahí es donde quedaron Jokin, Julia, Teresa y Patricia, aunque los dos primeros recibieron críticas menos duras que sus compañeras, que presentaron platos bastante esperpénticos. Tanto es así, que el jurado decidió expulsar a ambas de un plumazo, dejando a sus ya excompañeros destrozados. 

Teresa explicó que creía que tenía el cocinado muy bien atado hasta que perdió la noción del tiempo y presentó dos propuestas inacabadas. A Patricia, sin embargo, le falló la seguridad en sí misma desde el inicio del desafío, pues se vino abajo al saber que era la única de sus compañeros que no había hecho nunca pasta fresca. Las dos tendrán una oportunidad para reincorporarse al talent la semana que viene, pues el programa llega con repesca.