Veinte horas sin explicación y un viaje desde Florencia: la 'chica de Portbou' era Evi Anna, pero el misterio de su muerte sigue abierto

Imagen Evi Anna Rauter.
Imagen Evi Anna Rauter.
Twitter/@Crims_Oficial
Imagen Evi Anna Rauter.

El 4 de septiembre de 1990, a primera hora de la mañana, una vecina de Portbou descubrió cerca del cementerio de esa localidad gerundense el cadáver de una joven. La chica, de sólo 19 años, aparecía ahorcada, colgando de un pino.

Era una mujer joven, pálida y bonita. Estaba descalza, pero con los pies limpios. Los zapatos, bien colocados en el suelo. No llevaba bolso, dinero, ni documentación. A la Guardia Civil, como a cualquier observador, le pareció un suicidio.

No hubo manera de saberlo porque nunca se supo quién era esa joven. Hoy sabemos que se trataba de Evi Anna Rauter, pero durante 32 años fue 'la chica de Portbou'.

El programa 'Crims' de TV3 y Catalunya Ràdio, en una investigación junto con Austria TV, han identificado finalmente a la joven. Su familia, que ha mantenido viva la búsqueda durante estos años, ya puede descansar. "Hemos podido ver que es mi hermana y, ahora, tras 32 años, sabemos cómo acabó", ha dicho su hermana.

Su pista se perdió en Florencia

Evi Anna Rauter era una vecina de Lana, un pequeño pueblo situado en el norte de Italia. El 3 de septiembre de 1990 fue el último día que se la vio con vida. Fue en Florencia (Italia). Tres días más tarde, su hermana presentó ante la policía de la ciudad florentina una denuncia por su desaparición.

Era una chica joven, bonita y pulida, a la que los guardias civiles llamaron 'la novia'"

En la denuncia tuvo que describir cómo iba vestida su hermana la última vez que se la vio: un peto tejano, una camiseta color turquesa, zapatos negros y un reloj marca Casio. La chica que apareció ahorcada en Portbou iba vestida exactamente igual, pero en ese momento nadie podía saberlo.

El cuerpo fue embalsamado y durante tres meses estuvo en el depósito pensando que en algún momento aparecería un familiar que reclamara el cuerpo. Tura Soler, una de las periodistas que más ha investigado el asunto, escribió en las páginas de El Punt Aviu que era "una chica joven, bonita y pulida, a la que los guardias civiles llamaron 'la novia'".

Pero no vino nadie. De modo que el juzgado de instrucción número 1 de Figueres, responsable de la instrucción del caso, ordenó dar sepultura al cuerpo. El 5 de diciembre de 1990, tres meses después del hallazgo, el cadáver fue colocado en el nicho 134 del 5º piso del departamento primero del cementerio de Figueres. Era un nicho de beneficencia.

Pasaron diez años del entierro y los restos mortales de 'la chica de Portbou' fueron trasladados a la fosa común, como indica la normativa municipal. Era febrero de 2001. Ese mismo año, la Guardia Civil obtuvo permiso para exhumar el cuerpo y tomar muestras de ADN. Pero dentro de la fosa común ya no hubo manera de localizar el cuerpo y no fue posible la identificación a través del ADN.

Publiqué la foto de su cadáver para contribuir con su difusión a que se le pudiera identificar"

En 2017, el inspector del Cuerpo Nacional de Policía, Rafael Jiménez, recreó en una novela la misteriosa muerte de 'la chica de Portbou'. En la página 12 de La novia ahorcada en el país del viento, el escritor incluyó una foto del cuerpo de la muchacha. "No la publiqué por un motivo escabroso, sino para contribuir con su difusión a que se le pueda identificar. Tener la suerte de que alguien la reconozca", explicaba entonces Jiménez a El Periódico de Catalunya.

Las 20 horas que van de Florencia a Portbou

Aquella foto y otras más sirvieron finalmente. Si ahora 'Crims' de TV3 y Catalunya Ràdio han podido identificar a la joven ha sido gracias a la colaboración del programa de Austria TV 'Ungelöst' (No resuelto). Tras un programa sobre 'la chica de Portbou', la cadena austriaca recibió un correo electrónico de una mujer italiana que señalaba que esa joven podía ser Evi Anna Rauter.

Se localizó a los padres y se les mostró las fotografías del cuerpo que allá en 1990 habían tomado la Guardia Civil y el forense. Los padres reconocieron a aquella chica joven, pálida y bonita; también la ropa y el reloj. Era su hija. Era Evi tal y como la había descrito su hermana cuando denunció en Florencia su desaparición.

Es un misterio. Mi familia y yo estamos convencidos de que es Evi, pero no tenemos ningún documento oficial de la Policía"

"Es un misterio. Mi familia y yo estamos convencidos de que es Evi, pero no tenemos ningún documento oficial de la Policía", ha dicho la hermana de Evi. Y es que faltan datos. Este familiar recuerda que, en realidad, siguen sin saber qué sucedió en las veinte horas que pasaron desde que abandonó su apartamento en Florencia y la aparición de su cuerpo en Portbou.

Tanto la Guardia Civil como el forense certificaron en su día que se había tratado de un suicidio, pero ¿y si no hubiera sido así? De momento, la benemérita ha iniciado los trámites para llevar a cabo la identificación completa de la chica.

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