Rubén Sánchez Montesinos, segundo expulsado de 'Supervivientes 2022', disfruta de su primera ducha tras el concurso

Rubén Sánchez Montesinos, en su despedida de Honduras.
Rubén Sánchez Montesinos, en su despedida de Honduras.
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Rubén Sánchez Montesinos, en su despedida de Honduras.

En la gala del pasado domingo, dirigida por Ion Aramendi, se anunció el segundo expulsado definitivo de Supervivientes 2022.  La audiencia decidió que el afectado fuera Rubén Sánchez Montesinos, que se vio las caras con Ainhoa Cantalapiedra, y puede volver a la normalidad tras dos semanas habitando en Playa Parásito.

Tras su expulsión, Rubén llegó al hotel, donde se encontró una fotografía a tamaño real de Enrique del Pozo, su pareja. Junto a esa figura disfrutó de un gran desayuno mientras respondía a las preguntas que le hizo la organización del programa. 

"No puedo ponerme un 10 porque no estoy en la final, pero un ocho porque he demostrado que soy fuerte y he superado crisis", dijo el exconcursante, opinando sobre su trayectoria en el reality. A pesar de estar contento con su paso, se le ha quedado "la espinita de no haber podido pescar".

En cuanto a los compañeros de aventura con los que se queda, Rubén ha dicho: "Ainhoa es mi hermana y mi protegida, pero a Kiko Matamoros tengo que verle fuera del programa y ver si lo que me ha dicho es así, porque me ha dicho cosas muy fuertes".

Tras el contundente desayuno, Rubén pudo disfrutar de su primera ducha. Fue inevitable para él ocultar su felicidad en ese momento. "Agua calentita y dulce. Madre mía... es agradable y fortificante", decía al comienzo de ese atractivo momento.  "Champú después de tres semanas y media como superviviente... No me lo creo. Es una maravilla", terminó declarando mientras se enjabonaba. 

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