La Guardia Urbana de Barcelona se equipa con 150 cámaras para hacer frente a situaciones de peligro físico para la ciudadanía

Una de las cámaras que llevarán los agentes de la Guardia Urbana.
Una de las cámaras que llevarán los agentes de la Guardia Urbana.
ACN
Una de las cámaras que llevarán los agentes de la Guardia Urbana.

Los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona se equiparán con 150 cámaras de grabación que utilizarán en situaciones en que exista un peligro físico para la ciudadanía o para sí mismos. Las imágenes obtenidas tendrán carácter probatorio en un juicio y servirán tanto para dar testimonio de delitos que afecten a los barceloneses como para evitar que se acuse injustamente al cuerpo policial de mala praxis. Lo han explicado este lunes el teniente de alcaldía de Seguridad del Ayuntamiento, Albert Batlle, el jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez y la gerente de Seguridad y Prevención, Maite Casado. Se ganará "transparencia y seguridad jurídica", ha apuntado Velázquez.

Batlle ha señalado que el miércoles ya se contará con los 43 primeros dispositivos personales de grabación (DPG) y a mediados de junio, con su totalidad. Miden unos 10 centímetros de largo por cinco de ancho, son de la empresa norteamericana VAMA y los agentes los llevarán incorporados en el uniforme, a la altura del pecho.

La medida tendrá un coste de 386.000 euros, ha informado Casado, y llega tras una prueba piloto que comenzó en 2019 con ocho cámaras. La idea, ha señalado Batlle, es comenzar con estos 150 dispositivos e ir ampliando la cantidad progresivamente para que los puedan usar de forma compartida los 3.188 agentes que conforman el cuerpo de la Guardia Urbana.

Las primeras 43 cámaras, las que llegarán esta semana, las utilizarán mandos de la Unidad Territorial de Ciutat Vella, de la de Refuerzo para las Emergencias y la Proximidad (Urep) y de la Central de Tráfico. Una vez se cuente en junio con 150 dispositivos, se distribuirán entre 18 unidades de la Guardia Urbana, entre ellas, las territoriales de los 10 distritos de Barcelona.  

Velázquez ha remarcado que las cámaras no se podrán emplear de forma preventiva, sino solo cuando existan riesgos físicos concretos derivados de la utilización de la fuerza, del uso de armas o de acciones tumultuarias en las que no se puede proceder a la detención o identificación de personas. Ha puesto como ejemplo casos de violencia de género o de "consumo de alcohol en la vía pública con disturbios".

Cuando los efectivos pulsen el botón de inicio, quedarán grabados también los 30 segundos anteriores a ese momento, lo que permitirá poder registrar imágenes de infracciones incluso cuando estas ya se hayan producido. Asimismo, hará posible contar con el contexto que ha conducido a la decisión de filmar la situación.

Los agentes que usarán las cámaras, ha afirmado Batlle, han recibido "formación de carácter deontológico y técnico". Y es que su utilización requiere que se cumpla estrictamente lo que establece la Comisión de Control de los Dispositivos de Videovigilancia de Cataluña y la normativa de protección de datos.

Antes de poner en marcha las cámaras, como regla general, los agentes deberán informar a las personas a las que vayan a grabar, si la urgencia no lo impide. Luego, las imágenes, encriptadas, se tendrán que enviar durante las 24 horas posteriores a la Dirección General de Administración de la Seguridad. Con "medidas de seguridad muy estrictas", ha afirmado Casado, se garantizará "que no puedan ser manipuladas".

Además, habrá un libro de registro en el que se inscribirán todas las actuaciones en que se ha procedido a grabar. También se añadirá la identificación del agente que ha usado la cámara y el número de las diligencias policiales si se ha hecho atestado.

Las imágenes, ha explicado Casado, se deberán destruir tres meses después de su obtención si no están a disposición de un juez.

La Unidad de Deontología y Asuntos Internos de la Guardia Urbana podrá someter a control cualquier momento de este proceso.

Fuentes del cuerpo policial confían en que la introducción de cámaras rebaje los índices de criminalidad. "Lo que hemos visto durante la prueba piloto es que cuando alguien está violento y le dices que le estás grabando, acostumbra a relajarse más", ha afirmado un inspector del cuerpo.

"Los Mossos d'Esquadra y algunas policías locales" ya utilizan estos dispositivos personales de grabación, ha señalado Velázquez.

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