Después del caso de la perra Sota, que puso en entredicho la actuación del agente de la Guardia Urbana de Barcelona que la mató de un disparo, el cuerpo policial se ha equipado con cámaras que algunos policías llevan incorporadas en el uniforme, que servirán para evitar falsos testimonios acerca de su forma de proceder y tendrán carácter probatorio en un juicio.

Lo ha explicado este jueves el comisionado de Seguridad del Ayuntamiento, Amadeu Recasens, que sin embargo ha afirmado que la medida no tiene nada que ver con la muerte del animal y que estaba prevista en el Plan Director para estos efectivos, pese a que este está aprobado desde 2016 y no se ha actuado hasta ahora.

Por el momento, solo disponen de 12 cámaras (de tres modelos), pues la iniciativa está en fase de prueba piloto, pero la idea es que el número crezca antes de finales de año, tras valorar los resultados a partir de junio. Si estos son positivos, en una primera fase el Consistorio adquirirá alrededor de 50 dispositivos y garantizará que cada unidad de la Guardia Urbana disponga al menos de uno. "A largo plazo", ha apuntado Recasens, lo deseable sería que "todos" los agentes tuvieran cámara.

Los efectivos que están participando en la prueba piloto pertenecen a las unidades de Ciutat Vella y el Eixample -los distritos donde hay "más aglomeración de personas", ha señalado el comisionado- y a la Unidad de Soporte Policial (USP).

"Podrán usar las cámaras si su intervención está relacionada con un delito o una infracción administrativa grave vinculada a la seguridad ciudadana", ha explicado el intendente mayor de la Guardia Urbana Ricardo Salas, y ha puesto como ejemplos "casos de desórdenes públicos, agresiones o venta ambulante ilegal".

Según ha informado, cuando los efectivos pulsen el botón de inicio, quedarán grabados los 30 segundos anteriores a ese momento, lo que permitirá poder registrar imágenes de infracciones incluso cuando estas ya se hayan producido. Las grabaciones, como marca la ley, se borrarán automáticamente en 30 días, a no ser que un mando policial ordene conservarlas, y antes no podrán ser eliminadas ni editadas. Además, para su visionado deberán estar presentes dos efectivos con categorías diferentes.

"El agente siempre avisará a las personas de que les van a grabar y no se podrán negar", ha contado Salas, y ha señalado que lo que sí podrán hacer es solicitar el acceso a las imágenes o su supresión. Para ello, deberán pedirlo al Ayuntamiento a través de un correo electrónico o mediante una instancia en las Oficinas de Atención Ciudadana (OAC).

Juan Francisco Rodríguez, responsable del Sindicato de Policía Local de la UGT, ha celebrado la medida del Ayuntamiento y ha señalado que, "según un estudio de la Universidad de Cambridge, las cámaras reducen un 93% las denuncias contra los agentes".

Por su parte, el intendente mayor de la Urbana ha apuntado que la policía de Londres cuenta con 22.000 cámaras y eso ha hecho disminuir "la conflictividad" más de un 30%.

El Partido Animalista PACMA ha presentado este jueves una denuncia penal contra el agente de la Urbana que mató de un disparo a la perra Sota el 18 de diciembre.

El mes pasado, el Ayuntamiento concluyó que, según todas las informaciones de la Unidad de Deontología y Asuntos Internos (UDAI) del cuerpo, la intervención policial fue "defensiva y proporcional".