El 57% de la población de Barcelona está expuesta a niveles de ruido causado por el tráfico que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera perjudiciales, y el porcentaje es del 3% en el caso del ruido que provoca el ocio nocturno. Así lo ha señalado este jueves el Ayuntamiento, que con el objetivo de mejorar estos datos, tomará dos medidas inmediatas: la instalación de radares acústicos para detectar a vehículos infractores y la de sonómetros en 11 zonas en las que los vecinos denuncian molestias por la noche. 

Se trata de dos acciones que contempla el Plan de Medidas contra la Contaminación Acústica 2022-2030 que han presentado la concejala de Salud, Gemma Tarafa, y el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia. 

Respecto a los radares, Badia ha contado que se instalarán en verano, en el marco de una prueba piloto, y que serán móviles, con lo que su ubicación irá cambiando. Servirán para detectar a vehículos que superen entre cinco y 10 decibelios los umbrales permitidos, algo habitual en "ciclomotores y motocicletas", ha señalado. "Habrá que ver qué tratamiento jurídico y normativo se le puede dar a la información que obtengamos y si se pueden desarrollar acciones sancionadoras", ha dicho el concejal.

Los sonómetros, ha indicado, se colocarán en junio para comprobar si en las 11 zonas teóricamente tensionadas acústicamente en horario nocturno que ha seleccionado el Ayuntamiento se superan en tres decibelios los límites de ruido permitidos. Si es así, se impulsarán acciones para reducirlo adaptadas a cada espacio. La medida, sin embargo, deberá aprobarse antes en el pleno de mayo.

Estas 11 zonas son las calles Enric Granados, Joaquim Costa, Almirant Churruca, Rogent, Allada Vermell y Nou de la Rambla; las plazas de George Orwell y Osca y algunas de la Vila de Gràcia; la Rambla del Poblenou y el Triangle Lúdic. En un futuro, el consistorio no descarta ampliar el listado de lugares a estudiar.

La definición de zonas tensionadas acústicamente por la noche también servirá para que sus habitantes puedan acogerse a las ayudas para la rehabilitación del Ayuntamiento, como ya hacen los vecinos de las Zonas Acústicas de Régimen Especial (ZARE). Las subvenciones, que cubren actuaciones como el aislamiento sonoro, entre otras, tienen actualmente una dotación de 11 millones de euros.

Otra de las medidas que contempla a corto plazo el plan 2022-2030 es la puesta en marcha de una campaña de concienciación desde el 3 de junio hasta el 25 de septiembre, bajo el lema 'De nit, Respect'. Prevé el despliegue de 48 informadores en las áreas más concurridas de los 10 distritos de la ciudad.

Las acciones que recoge el plan contra la contaminación acústica van dirigidas a prevenir y mitigar el ruido, así como a proteger a sus receptores. Entre ellas también está el despliegue del Plan de Movilidad Urbana, que busca que la que se realiza en vehículo privado se haya reducido un 25% en 2024. 

Asimismo, se prevé aumentar el número de calles con velocidad limitada a 30 kilómetros por hora, lo que, según el consistorio, implica una reducción de entre dos y tres decibelios, así como seguir con la implantación del programa Superilla Barcelona y Ejes Verdes, que permite rebajar de dos a cinco decibelios.

Otras medidas contempladas son avanzar hacia una flota municipal sostenible, instalar limitadores acústicos en conciertos en la calle o construir más túneles urbanos. El de Glòries, ha asegurado Badia, ha logrado una disminución de 11 decibelios en la plaza.

Más ruido en Ciutat Vella, Sants y el Eixample

Tarafa ha apuntado que Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y el Eixample son los distritos de la ciudad con más problemas de ruido. Este, ha alertado, "es el segundo factor ambiental que más impacta en la salud", solo por detrás de la contaminación del aire.

Según estimaciones de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), más de 210.000 personas sufren una molestia intensa (afectación emocional, psicológica y social severa) y más de 60.000, un trastorno grave del sueño a causa de la exposición continuada al ruido del tráfico. Este es el responsable de unos 300 casos nuevos de cardiopatía isquémica del corazón y del 3% de las muertes por esta causa al año, lo que se traduce en 30 fallecimientos anuales en la capital catalana.

Por otro lado, la Encuesta de Salud de Barcelona 2021 apunta que el 55% de la ciudadanía considera que su barrio es muy ruidoso y el 18% declara tener molestias intensas durante la noche debido al ocio nocturno. El 15% de los adultos de la ciudad asegura que el ruido le despierta más de una noche a la semana.