Telecinco emitió este jueves 28 de abril una nueva entrega de Supervivientes 2022 que albergó tanto la primera expulsión del reality como las primeras pruebas de líderes grupales. Todo ello, como es habitual, aliñado con los primeros conflictos resultado de la convivencia y con las primeras afinidades.

Especialmente llamativa fue la incipiente relación entre Anabel Pantoja y Yulen Pereira. Tanto es así, que la propia Isa Pantoja destacó el feeling que había entre ambos y Jorge Javier Vázquez, compañero de la andaluza en Sálvame diario, aseguró que esta estaba "chocha" con el esgrimista.

También se pudo ver la primera noche de amor entre Alejandro Nieto y Tania Medina, pareja superviviente a duras penas tras La isla de las tentaciones 4, aunque la canaria se mostró bastante molesta en la gala ante el paternalismo con el que el sevillano hablaba de sus dotes para la pesca.

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Pero si hubo una discusión desagradable fue la que se dio entre Rubén Sánchez Montesinos, Kiko Matamoros y Anuar Beno. Mientras que el novio de Enrique del Pozo afeaba los malos comportamientos de sus compañeros, quejándose de que lo aislaban y anulaban; Kiko Matamoros y Anuar Beno dejaron claro que, a su juicio, el culturista se victimizaba continuamente.

Además, Matamoros reiteró que la homofobia que señalaba Sánchez Montesinos en el culturismo era inventada. Por su parte, el aludido acudió a Marta Peñate para desahogarse a la vez que sus enemigos se quejaban en un total de que podrían quedar como los malos por culpa de Sánchez Montesinos.

Quizá fue por eso que Anuar Beno y Kiko Matamoros celebraron con tanto ahínco la expulsión del culturista, llegando a estallar en una ovación muy criticada por Marta Peñate al considerarlo una "falta de respeto" y un signo de "no saber ganar".

Ainhoa Cantalapiedra, Juan Muñoz y Charo Vega fueron los participantes salvados por la audiencia. Por su parte, Sánchez Montesinos de momento no regresará a España, pues pasó a ser el primer parásito de la edición: vivirá en una cala distinta a la de sus compañeros y tendrá que acudir a ellos para hacer intercambios y pedirles lo que necesite, aunque con un pequeño detalle: no podrá hablar.