Sánchez reivindica el triunfo de la "política sana" al validar el plan económico contra la guerra y respalda a Robles

Pedro Sánchez, tras convalidarse el plan económico contra la guerra.
Pedro Sánchez, tras convalidarse el plan económico contra la guerra.
EFE
Pedro Sánchez, tras convalidarse el plan económico contra la guerra.
Declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este jueves.
Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo vuelve a hacer. Pese a que ayer por la noche el Ejecutivo no contaba con los votos necesarios para que se aprobara su plan económico contra los efectos de la guerra en Ucrania, finalmente este jueves ha logrado reunir los votos favorables -176, mayoría absoluta- y sacar adelante un decreto que, a cambio, se tramitará como proyecto de ley y en el que el resto de formaciones podrán introducir cambios. Es por ello por lo que el jefe del Ejecutivo ha dicho sentirse "muy satisfecho" porque, a su juicio, ha ganado la "política sana" frente a la "política malsana que representa el 'cuanto peor, mejor'", ha asegurado en referencia a la célebre frase de su antecesor, Mariano Rajoy.

"Quiero hacer una reivindicación de la política sana frente a una política malsana que apuesta todo al 'cuanto peor, mejor'", ha lanzado el presidente a la salida del hemiciclo nada más votarse la convalidación del decreto. Minutos antes el Gobierno había cosechado una nueva aunque ajustada victoria parlamentaria. En el bloque del sí al decreto de medidas contra la guerra, además de los cinco diputados de EH Bildu, se situaron otros 171 parlamentarios. 

En concreto, más allá de los abertzales, votaron a favor de convalidar el texto los 120 diputados del PSOE, los 34 que suman Unidas Podemos y la recientemente escindida diputada Meri Pita, los 6 del PNV, 4 del PDeCAT, 2 de Más País, y cinco más de los solitarios representantes de Compromís, Teruel Existe, Nueva Canarias, BNG y PRC. A todos ellos les ha agradecido el apoyo, pese a que el precio a pagar sea que se tramite como proyecto de ley y que los demás grupos puedan introducir enmiendas.

Menos benévolo ha sido con el bloque del 'no', capitaneado por el PP, Vox y ERC, un socio parlamentario indispensable para el Ejecutivo que esta vez, como ya ocurrió en la reforma laboral, ha decidido no votar a favor. Lo han hecho tras no convencerles los gestos del Gobierno para aclarar el 'Catalangate', nombre que se le da al supuesto espionaje por parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a 60 políticos independentistas catalanes y vascos. Según ERC, su voto -negativo- "es un voto por la defensa de los derechos y libertades más fundamentales". Además, los catalanes han llegado a pedir incluso la dimisión de la ministra de Defensa, Margarita Robles, responsable de la cartera que maneja el CNI.

No obstante y tras unos días de silencio, este jueves Sánchez sí aprovechado la ocasión para respaldar a su ministra, que antes fue su portavoz parlamentaria cuando él no tenía escaño en el Congreso. La pregunta se la han lanzado los periodistas, a lo que él ha respondido con un "claro que la respaldo". La defensa de Robles es un paso importante. Al menos para ella, pues los independentistas la han puesto en su diana. Primero, por la tibia respuesta del Gobierno a las publicaciones; después, por la respuesta airada de Robles, que ha ido in crescendo hasta lanzar lo que los independentistas consideran una provocación. "¿Qué tiene que hacer un Estado cuando se vulnera la Constitución o se habla con Rusia?", espetó la ministra el miércoles en el Congreso, en la cuarta pregunta que tuvo que contestar en la sesión de control, todas sobre el supuesto espionaje y el papel del CNI.

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