A las afueras del pueblo madrileño de Pelayos de la Presa, de apenas 2.500 habitantes, se encuentra un edificio religioso con una larga historia detrás. Se trata de Santa María la Real de Valdeiglesias, el monasterio más antiguo de toda la Comunidad de Madrid, que fue fundado por la Orden Cisterciense en el siglo XII, y así permaneció hasta la desamortización de Mendizábal en el S. XIX. A partir de ese momento pasó a ser propiedad privada y desde entonces entró en claro deterioro cayendo en el abandono.

En 1884 fue subastado por el Estado sucediéndose, a partir de entonces, diferentes propietarios hasta su adquisición en 1974 por el arquitecto Don Mariano García Benito, que inició la labor de recuperación y restauración para soslayar el problema arquitectónico que afectaba a la inestabilidad estructural del convento.

Una década después, de su adquisición, el monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Ante esto, decidió ceder su propiedad al Ayuntamiento de Pelayos, a condición de que crease una fundación que tuviese como cometido su conservación y difusión.

Consciente del valor histórico y artístico de este monumento, la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid restauró en 2021 la portada del monasterio, y este año ha abierto a concurso público un contrato para que se lleven a cabo las pertinentes obras de restauración con una duración de nueve meses, principalmente en la cilla (una especie de granero o bodega en el que guardaban las provisiones del convento) y la capilla mozárabe. Actualmente, está pendiente de adjudicación y el presupuesto está cifrado en casi 360.000 euros.

Después de seis siglos de historia, este templo religioso inició su declive, sobre todo debido a la reducción de la comunidad de monjes y a un desafortunado incendio que, en 1743, afectó a gran parte del edificio que ya no tiene cubierta ni conserva los forjados que lo sostenían.

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La capilla presenta daños estructurales que se aprecian en las grietas y deformación de la cúpula, y los muros se encuentran muy deteriorados, lo que provoca una pérdida de la solidez y cohesión. Para proteger las filtraciones y humedades de capilaridad y condensación, la actuación impulsada desde la Consejería que dirige Marta Rivera de la Cruz contará con mejoras de impermeabilización e implantación de nueva cubierta, así como una red de drenaje, forjado y colectores de saneamiento. Y para concluir, se realizará una limpieza general. Así mismo, mientras se ejecutan estas labores, debe quedar constancia descriptiva y fotográfica de todas las obras efectuadas y de los hallazgos, en caso de haberlos.

Arquitectura

Estéticamente, el monasterio tiene mezcla de los estilos románico mudéjar, cisterciense, gótico, renacentista y barroco. La iglesia del monasterio, ubicada en la parte más alta del edificio, es lo único que queda hoy en día del estilo románico, además de algunos restos de muros. Más adelante, bajo un estilo de gótico tardío, se construyeron bóvedas estrelladas con arcos cruceros, y se remodelaron partes como la sacristía y el claustro.

La apariencia exterior del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias es claramente renacentista, ya que sufrió una intensa remodelación que cambió por completo la fisionomía de las fachadas, ocultando su apariencia medieval. Por último, se puede ver el estilo barroco en una fachada de la iglesia.

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Cómo llegar al Monasterio

Hay 67 kilómetros, entre Madrid y Pelayos de la Presa, lo que se traduce en un trayecto en coche de 59 minutos por la M-501. Una vez allí, el monasterio se encuentra tras un paseo de 20 minutos por la Avenida de Marcial Llorente desde el centro del pueblo.