El edificio La Borda, de Sants, premio Mies van der Rohe de arquitectura emergente

  • Pisa, la promoción de viviendas de protección oficial de Cornellà, entre las cinco finalistas 
Portada de la presentación del edificio La Borda a los premios Mies van der Rohe 2022
Portada de la presentación del edificio La Borda a los premios Mies van der Rohe 2022
Lacol
Portada de la presentación del edificio La Borda a los premios Mies van der Rohe 2022

La cooperativa de arquitectos Lacol ha ganado el premio Mies van der Rohe en la categoría emergente en reconocimiento a su proyecto de vivienda cooperativa La Borda, en el barrio de Sants de Barcelona. El jurado del premio valoró el carácter "transgresor" ya que se basa en un modelo de "copropiedad y cogestión de recursos y capacidades compartidas".

El edificio La Borda cuenta con 28 viviendas privadas y varios espacios comunitarios para favorecer el contacto social entre los vecinos. En total, en el bloque viven más de 60 personas, y cinco de ellas son socios de la cooperativa de arquitectos Lacol. Los residentes de La Borda viven en un inmueble sostenible, construido en base de madera, y se rigen por un modelo de vivienda cooperativa en régimen de cesión de uso, en el que la propiedad del inmueble es colectiva. Los vecinos tienen la condición de socios de la cooperativa y pueden vivir de por vida.

El proyecto ha querido bloquear la posibilidad de especular con las viviendas. Según el modelo, el socio residente no puede vender ni alquilar el piso. Además, todos los vecinos forman parte de la toma de decisiones como copropietarios del edificio en su conjunto, y las decisiones han de pasar por la asamblea general, que es su principal órgano soberano.

Terrenos con historia

Otra particularidad del proyecto es que el solar pertenece al Ayuntamiento de Barcelona. La cooperativa paga un cánon anual por una cesión de 75 años. No obstante. La Borda se ubica en los terrenos de la antigua fábrica de Can Batlló, un espacio que acoge varios proyectos autogestionados desde el 2011.

La gestación del proyecto también es particular y ha sido muy valorado por el jurado. De diseño participativo, en las fases previas se crearon diferentes comisiones de trabajo con los futuros residentes, respaldados por un equipo técnico de soporte que dinamiza y recoge las propuestas. El edificio se basaba en varias ideas clave como la sostenibilidad, uso y vida comunitaria, estructura de corrala basada en la arquitectura popular, y la adaptabilidad mediante un edificio de tipo abierto.

El proyecto se financia a través de la economía solidaria, las finanzas éticas y las aportaciones de entidades y personas individuales. El premio Mies van der Rohe, en su categoría emergente, está dotado con 60.000 euros y se concede por la Unión Europea y la Fundación Mies van der Rohe.

Finalista de Cornellà

La promoción de viviendas de protección oficial Pisa de Cornellà ha quedado finalista en la misma categoría. El edificio, diseñado por Marta Peris y José Manuel Toral, del estudio Peris + Toral Arquitectes, dispone de 85 viviendas, 58 plazas de aparcamiento, 13 trasteros y 1 local, ubicado en la avenida República Argentina 21, en el barrio de la Gavarra.

Se trata de una promoción del lnstituto Metropolitano de Promoción de Suelo, Impsol, que actualmente se rige por los criterios de sostenibilidad, innovación e inclusión. El año pasado, esta edificación ya había conseguido un Premio FAD, y entre sus principales virtudes destacan su estructura modular en madera para optimizar y racionalizar su construcción, y la distribución de los espacios organizados a partir del patio central, que mejora el comportamiento climático. Otro punto distintivo es la utilización de habitaciones abiertas que favorecen maneras de vivir actuales, flexibles y adaptativas.

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