Borja Terán Periodista
OPINIÓN

Periodismo desde el privilegio: un espejo resquebrajado de la realidad

Ilustración de Efe Suárez
Ilustración de Efe Suárez
20minutos
Ilustración de Efe Suárez

El día en el que los masters universitarios se transformaron en prácticamente la única puerta para entrar a trabajar en las redacciones periodísticas, la profesión de informador perdió pluralidad. Sin darnos cuenta. Porque la multiplicidad de prismas se igualó en las redacciones, pues la mayor parte de los alumnos de prácticas venían de un similar poder adquisitivo. El que permite sufragar un máster tras la carrera universitaria, la mayoría sin becas y de gran coste económico.

La clase social a la que perteneces te marca. Y el periodismo va estrechamente unido a la capacidad de indagar en el conocimiento de la complicada complejidad. No tanto priorizar cómo se lee un autocue, ese chivato que dicta el guion al presentador desde la cámara y que magnetiza tantas clases universitarias en las Facultades de Comunicación. Aunque sea de lo más irrelevante a la hora de ejercer el oficio.

El buen periodista debe contar con la sensibilidad de ver más allá. Pisar más calles que moquetas. Pero la búsqueda de historias con amplitud de miras va estrechamente conectada con la diversidad de referentes con los que nos mezclamos en el día a día y de los que aprendemos. Si las redacciones sólo tienen un mismo estatus puede dar la falsa sensación de que hay derechos por lograr que ya están ampliamente consolidados. Se infravalora lo vulnerable porque tu entorno está acomodado. Así se cae en la trampa de un ombliguismo del que el periodista debe huir, pero del que es difícil escapar si no pinchas las burbujas de ambientes uniformes y no representativos de la sociedad plural que habitamos.

La búsqueda de historias con amplitud de miras va estrechamente conectada con la diversidad de referentes con los que nos mezclamos y de los que aprendemos."

Vivimos un momento social en el que una clase media se cree más alta de lo que realmente es. También en el periodismo. Y esa percepción de comodidad puede ser un obstáculo para la capacidad de dar relevancia a temas que son cruciales y que desde los privilegios pueden parecer que están superados. Pero no, aún hay techos, verjas y murallas de cristal: en las mujeres, en la diversidad sexual, en la racial, en las personas con discapacidad... En cada uno de los márgenes de la sociedad. Y la sociedad se construye desde sus márgenes. Quedan muchos estigmas interiorizados por desaprender y el periodismo es siempre tener la sensibilidad para palparlos. 

Sin embargo, si las redacciones se nutren sólo de un único estatus lineal pueden, al final, crecer en ignorancia y enfocar con condescendencia problemas que siguen existiendo pero que no siempre se ven desde lo alto de un bloque de viviendas con piscina. Así hay redacciones que corren el peligro de terminar convirtiéndose en la mesa de debate de El Hormiguero, donde sólo hay gente 'bien' que habla desde el púlpito del privilegio y no desde la realidad que es complicada, ingrata y dolorosa.

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