El comandante de la región militar de Járkov, Oleh Sinegubov, denunció este domingo que -en su guerra de ocupación- las tropas rusas han ocupado una de las fábricas de Vovchansk y han instalado allí una "cámara de tortura". Los rusos la estarían utilizando para forzar a la población a cooperar con el ejército de Putin.
Según este mando, en Izium el ejército ruso habría obligado a la población a marchar hacia Rusia o a unirse a sus tropas. "Lo han convertido en una prisión, en un auténtico campo de concentración donde se tortura a la gente para obligarla a cooperar, a unirse a las fuerzas rusas", dijo Sinegubov en la televisión de Ucrania.
Es un auténtico campo de concentración donde se tortura a la gente para obligarla a cooperar, a unirse a las fuerzas rusas"
Pero las acusaciones contra Rusia por estar haciendo uso "cámaras de tortura" no son nuevas. A principios de abril, tras la matanza de Bucha, la Oficina del Fiscal General de Ucrania dijo haber descubierto una "cámara de tortura" en la zona. La habrían encontrado en el sótano de un sanatorio para niños en Bucha. En su interior dijeron haber hallado los cadáveres de cinco hombres con las manos atadas.
Días después fue el propio presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien declaró que las tropas rusas estaban cometiendo torturas y secuestros en el sur de Ucrania. Tras acusar a los rusos de secuestrar a los representantes de los gobiernos locales, en su discurso nocturno a la nación del pasado 17 de abril dijo que "allí se construyen cámaras de tortura".
Bucha, Makariv y Trostyanets
Además de en Bucha, se mencionan los casos de Makariv y Trostyanets, ciudad de 20.000 habitantes a 100 kilómetros de Járkov y a apenas 30 de la frontera con Rusia. En esa última se habrían encontrado cámaras de tortura. The Independent ha detallado el caso de dos hombres -Dima y Andrei- que denuncian haber sido torturados.
Fue una pesadilla. Fue lo peor que me ha pasado nunca"
Según un extenso artículo del diario británico, en Trostyanets un grupo de ucranianos -todos civiles- fueron torturados, sometidos a simulacros de ejecución, amenazados con ser violados y obligados a sentarse en sus propios excrementos.
La información incluye el testimonio de algunas de las víctimas. Dima muestra el lugar, situado en un sótano bajo el vestíbulo principal de la estación de la localidad. Mide apenas un metro de ancho por 3 de largo. "Fue una pesadilla. Fue lo peor que me ha pasado nunca", cuenta Andei.
Hay testimonios de cámaras de tortura rusas en la pequeña ciudad de Makariv. Según su alcalde, los soldados de Putin habrían disparadi a más de 130 civiles.
El Kremlin lo niega todo. Sus portavoces aseguran que las tropas rusas no atacan a civiles. Nada de crímenes de guerra. Desde Moscú repiten que las acusaciones de torturas, violaciones y asesinatos sobre la población ucraniana son "falsificaciones monstruosas" destinadas a manchar su reputación.
Ni espacio ni tiempo, sólo miedo
Una cámara de tortura es, como su nombre indica, un lugar "habilitado" para llevar a cabo actividades de tortura. Los ejemplos salpican la historia de la humanidad, desde la época romana hasta la Segunda Guerra Mundial y, más cerca en el tiempo, durante las distintas dictaduras que ensombrecieron el siglo XX.
En realidad las cámaras de tortura de hoy no son tan distintas de las que se usaron, por ejemplo, en la Edad Media. Son un espacio reducido, sin ventanas y a menudo bajo tierra. El objetivo es producir miedo y desesperación en el detenido.
Se busca también que la víctima pierda toda conciencia espaciotemporal, para aumentar así su debilidad y vulnerabilidad. En 1961, en su testimonio durante el juicio contra Adolf Eichmann en Jerusalén, K. Zetnik (seudónimo de Jehiel Dinur) comentó que dentro de una cámara de tortura nazi la sensación de aislamiento era tan fuerte que se sentía como en otra galaxia.
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