Greyfriars Bobby, el skye terrier escocés que tuvo derecho a voto antes que las mujeres

Estatua de Greyfriars Bobby en Edimburgo.
Estatua de Greyfriars Bobby en Edimburgo.
I.L.
Estatua de Greyfriars Bobby en Edimburgo.

Este 4 de mayo se cumplen 167 años del nacimiento de Greyfriars Bobby, el perro más famoso de toda Escocia y uno de los reclamos turísticos de la ciudad de Edimburgo más populares entre los amantes de los animales. ¿Has oído alguna vez su historia?

Bobby era un skye terrier que perteneció a John Gray, un vigilante nocturno que patrullaba en el cementerio Greyfriars de Edimburgo. Según la historia oficial reconocida por el ayuntamiento de la ciudad, este peludo fue el mejor amigo de John durante aproximadamente dos años, hasta que éste enfermó y murió de tuberculosis en 1858.

Tras la muerte de su inseparable amigo, Bobby pasó el resto de su vida junto a la tumba de su amo, convirtiéndose en el perro más famoso de la ciudad a quién todos conocían. El dato curioso es que, según los datos oficiales, este skye terrier vivió se mantuvo en la tumba de John durante nada más y nada menos que 14 años. ¿No fue el pequeño Bobby un perro muy longevo para pertenecer al siglo XIX?

Leyendas y realidad

Según los datos del Ayuntamiento de Edimburgo, Bobby murió en 1872 y fue enterrado junto a la puerta de la Greyfriars Kirkyard, cerca de la tumba de Grey, pero no en el mismo cementerio al ser este considerado un lugar sagrado. Sin embargo, si visitas este lugar y acudes a la tumba de su dueño, verás que los ciudadanos y turistas que pasan por allí dejan palitos en su honor en la tumba de John.

Tumba de Bobby en Greyfriars Kirkyard.
Tumba de Bobby en Greyfriars Kirkyard.
I.L.

Pero, ¿cuántos años vivió de verdad? En 2011, el investigador Jan Bonderson de la Universidad de Cardiff publicó un estudio sugiriendo que Bobby fue en realidad un reclamo publicitario y turístico para la ciudad de Edimburgo. Por ello, su investigación defiende que es imposible que un perro viviese tanto en aquella época y asegura que fue sustituido, al menos una vez, para alargar el filón publicitario.

Y entonces, ¿dónde está realmente enterrado el Bobby original? Nadie puede responder a esa pregunta con exactitud y es por eso que existe la leyenda entre los escoceses de que el verdadero skye terrier está enterrado en el mismo ataúd que John y que es ese el motivo por lo que se dejan palitos en la tumba del vigilante.

El primer perro censado en Edimburgo

Alejándonos de las leyendas, lo que sí sabemos con certeza de Bobby es que fue un 'revolucionario' de los derechos de los animales de su época, ya que fue tan querido por el pueblo escocés que fue nombrado ciudadano, llegando a tener derecho a voto antes que las mujeres, aunque no consta que llegara a ejercerlo.

De hecho, Bobby fue también el primer perro censado en el primer registro de animales de Edimburgo, cuya creación se aprobó en 1867 debido al aumento de perros vagabundos en la ciudad, y el primer perro al que se le hizo una estatua (a día de hoy el monumento más pequeño de la ciudad escocesa).

El origen de esta raza, que debe su nombre a la isla de Skye, se ubica en el siglo XVI. Todo apunta a que procede de los cruces de perros malteses con terriers irlandeses y, sobre todo, escoceses. De hecho hasta 1870 se le consideró la misma raza que el terrier escocés. 

Se trata de un perro de caza, robusto, de entre 11 y 18 kilos que requiere de una buena socialización de cachorro y de actividad y educación constante. Se le considera el tipo de perro que es de un solo amo, más que de toda la familia. 

Ejemplar de skye terrier.
Ejemplar de skye terrier.
Pleple2000/Wikimedia Commons
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