Entrevista | José Manuel García-Margallo: "La Historia demuestra que el proyecto europeo ha avanzado siempre en momentos de crisis"

  • El eurodiputado del PP y exministro atiende a 20minutos para hablar sobre el futuro de Europa en una época compleja.
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El exministro de Asuntos Exteriores y actual eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo.
El exministro de Asuntos Exteriores y actual eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo.
EFE
El exministro de Asuntos Exteriores y actual eurodiputado del PP José Manuel García-Margallo.

El mundo está cambiando. Vivimos una época de esas que se recogerá a lo grande en los libros de Historia y la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) da pistas de cuál tiene que ser el porvenir de la Unión Europea para, sobre todo, adaptarse a los cambios. Sobre este asunto charla con 20minutos el eurodiputado del PP y exministro de Exteriores José Manuel García-Margallo, que baña de referencias históricas y consejos una visión de la UE optimista y una apuesta porque ese proyecto europeo se fortalezca en los próximos años.

¿Qué Unión Europea nos espera en los próximos años?

El puerto de destino, la Ítaca con la que hemos soñado todos los europeístas, es una Unión Europea de carácter federal, y en estos momentos estamos en uno de esos cambios históricos que pueden propiciar un impulso mayor hacia ese objetivo. En estos últimos quince años, la crisis de Lehman Brothers llevó a los europeos a replantearse el modelo de crecimiento y les forzó a establecer mecanismos de rescate para aquellas economías que más habían sufrido.

¿Y qué supuso la Covid?

La pandemia provoca una recesión que Europa nunca había conocido, pero por suerte esta vez la UE reacciona con mucha más rapidez que en la ocasión anterior, el BCE se ha empleado a fondo, la Comisión cambió el marco regulatorio, con las ayudas, y con la suspensión también del pacto de estabilidad. La UE además aprobó una red de seguridad para los trabajadores, para las empresas y para los Estados miembros, para paliar los gastos sanitarios. Hizo una emisión conjunta de deuda garantizada con el presupuesto de la Unión. Por eso se ha llamado momento hamiltoniano, porque los Estados Unidos nacieron con un proceso así.

¿Con la guerra en Ucrania se avanzará en esa dirección de integración?

La UE está a punto de dar un paso más, con la política común de migración y asilo, que lleva mucho tiempo en el cajón, pero también con una política exterior más europea y una política de defensa común también más europea. Nos hemos dado cuenta de que es necesario aumentar la autonomía estratégica, dentro de la OTAN pero con más margen de maniobra.

¿Todos estos pasos se hubieran dado sin momentos de crisis?

Lo que la Historia demuestra es que el proyecto europeo ha avanzado siempre en momentos de crisis. Nace después de dos guerras mundiales, cuando los padres fundadores son conscientes de que o los países europeos se unen o los problemas serán mayores. Y hay tres problemas a resolver: garantizar la paz, garantizar la prosperidad y garantizar un cierto protagonismo internacional de Europa en un mundo que se estaba dividiendo entre la URSS y Estados Unidos. Ahora estamos en un momento relativamente similar.

¿Por qué?

Hay que garantizar la paz porque tenemos el conflicto de Ucrania, la prosperidad, porque la población europea está perdiendo peso respecto a otras zonas del mundo, y nuestro protagonismo internacional es relativamente menor. No hemos tenido gran cosa que decir en Siria o en Afganistán, y ahora estamos interviniendo en Ucrania pero siempre bajo la égida de Estados Unidos. La UE tiene que unirse para no caer en la irrelevancia.

¿Ese contexto que pide unidad desmonta la idea de que es mejor una alianza de Naciones antes que una Unión Europea?

Esa es una visión [la de la alianza de naciones] completamente anacrónica y responde al concepto de las soberanías de Westfalia, que terminó hace ya mucho tiempo. Todos los estudios dicen que ahora hay tres economías europeas dentro de las ocho más importantes del mundo, pero dentro de veinte años habrá dos y dentro de treinta solo habrá una, que será Alemania. O nos unimos para ser una potencia económica y por tanto también política o caeremos todos, incluida Alemania, en la irrelevancia más absoluta.

Otra de las frases míticas sobre la UE es la que dice que es todavía "un enano político". ¿Es así?

Es evidente que todavía no tenemos una política exterior y una política de defensa común propias de un ente que aspira a pintar en el mundo, tampoco una política de migración común o una política energética común. Quedan muchísimas cosas por hacer, pero en términos históricos este proceso empezó en Roma en 1956. Es decir, hace muy poco. El acelerón de estos últimos tiempos ha sido importante. Todavía insuficiente, pero importante.

Sobre la CoFoE, ¿cree que ha quedado desdibujada dado el panorama?

Las expectativas no se han correspondido con la realidad, probablemente porque la realidad nos ha superado. La Conferencia está pasando desapercibida por eso, aunque es un buen ejercicio de reflexión y es un buen punto de partida.

¿Debería tener vocación de permanencia?

Si sirve para concienciar a la opinión pública europea de que Europa existe, que es lo que niegan los partidos soberanistas, y de que la UE no es solo un proyecto económico sino también político, sí. Y en un momento muy serio en el que las democracias iliberales están avanzando la UE se puede convertir en la casa de los valores, de los derechos, de las libertades, el multilateralismo, la economía social de mercado o el estado de derecho. La UE tiene que convertirse en ese santuario de lo que el mundo libre ha sido hasta ahora.

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