Quién es San Chin Choon: el CEO 'invisible' de la empresa que suministró mascarillas a Madrid y la justicia busca como testigo clave

Captura de pantalla de un vídeo de La Sexta.
Captura de pantalla de un vídeo realizado por la 'La Sexta'.
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Captura de pantalla de un vídeo de La Sexta.

Nadie lo encuentra y ni si quiera se sabe si realmente existe. Se trata de San Chin Choon. Para Alberto Luceño y Luis Medina el CEO de Leno, la empresa malaya con la que intermediaron en la venta de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid a cambio de una comisión de 6 millones de euros. A ojos de la Fiscalía, tan solo una fotografía ajada sobre un pasaporte sospechoso y un puñado de firmas distintas rubricadas sobre contratos y facturas no menos dudosas. Su identidad y su paradero siguen siendo una incógnita. 

Cuando arranca la instrucción judicial que debe probar que el empresario Alberto Luceño y su socio Luis Medina cometieron una estafa, falsearon documentos y blanquearon sus ganancias, el Ministerio Público echa en falta el testimonio de un empresario de Malasia. Un hombre que supuestamente administraba la empresa que trajo material sanitario a la capital por una suma de 11 millones de euros procedentes de las arcas públicas. Sus respuestas son claves para esclarecer la verdad sobre lo sucedido en la época más dura de la pandemia, allá por los meses de septiembre y noviembre de 2020. 

Luceño pronunció su nombre tantas veces como le fueron necesarias para escudar las 'mordidas' al Consistorio madrileño en su último interrogatorio con el fiscal. Según él, San Chin Choon es el director ejecutivo de la empresa Leno Sdn Bhd y quién le nombró agente exclusivo de su empresa para pactar a posteriori las desorbitadas comisiones que recibió y se pulió más tarde en todo tipo de bienes de lujo (una flota de quince vehículos de lujo, relojes Rolex o estancias carísimas en Marbella).

A modo de prueba, el exdirector de la Escuela Europea de Dirección y Empresa (EUDE) apoyó su testimonio en un documento fechado el 12 de septiembre de 2018 y otros escritos similares que hacen desconfiar al Ministerio Público. Concretamente, al fiscal le llama la atención el encabezado de uno de los papeles con el nombre del FBI y de la Interpol, organismos poco habituales en este tipo de contratos. 

Además, debajo del mismo no figura la firma del tal San Chin Choon -aunque sí su pasaporte-, sino otra diferente, que aparece idéntica en todos los documentos. Esta podría haber sido fotocopiada, cosa que no pasa con otros papeles investigados donde el señor Chin Choon rubricó a mano utilizando una grafía totalmente diferente. Todo ello induce a pensar a la Fiscalía que la presencia del empresario malayo en las operaciones podría haber sido falsificada por Luceño como parte de un montaje mucho más vasto.

Sin noticias de San Chin Choon 

A decir verdad, el nombre de San Chin Choon no es nuevo para la Fiscalía, que en mayo de 2021 cumplimentó una comisión rogatoria internacional para tomarle declaración. Pasado casi un año desde entonces, la autoridad fiscal aún no ha recibido respuesta. Entre otros motivos, según explica el diario El Mundo, porque al recibir la petición de ayuda, Malasia pidió que el Gobierno español se comprometiera a cumplimentar peticiones similares que pudieran proceder del país asiático en el futuro.

Las respuestas del administrador asiático a casi una veintena de preguntas podrían resultar decisivas para el futuro de la investigación. ¿Le concedió a Luceño la condición de agente exclusivo? O ¿cómo se calculó la cuantía de las comisiones? A esto y mucho más debe responder San Chin Choon. Si existe y si logran dar con su paradero. 

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