Isabel II intentó prohibir que la fotografiasen con el príncipe Andrés

La reina Isabel II no ha querido perderse el primer aniversario de la muerte de su marido, Felipe de Edimburgo, organizada en la Abadía de Westminster.
La reina Isabel II
GTRES
La reina Isabel II no ha querido perderse el primer aniversario de la muerte de su marido, Felipe de Edimburgo, organizada en la Abadía de Westminster.

Ya de por sí la presencia de la reina Isabel II entrando a pie en la abadía de Westminster ya fue una sorpresa, más asombrada se quedó la audiencia al ver que lo hacía del brazo de su tercer hijo, el príncipe Andrés, duque de York, después de haberse librado del juicio por abuso sexual de menores previo pago de 14 millones en un acuerdo extrajudicial que dejó en entredicho su inocencia.

Ahora, además, se ha sabido que había órdenes para que nadie les sacase una fotografía juntos. El periodista gráfico de The Times, Richard Pohle, era el único dentro de la capilla con autorización para tomar imágenes oficiales y, tal y como ha explicado al diario, desde Buckingham Palace le hicieron llegar un mensaje claro: nada de imágenes de la reina hasta que no esté sentada.

"Evidentemente me salté aquella orden", ha explicado, "porque venía de arriba y yo no dependía de ellos". "Para alguien que no esté al tanto incluso podría sonar razonable. ¿Cuál es el problema, no? Incluso podría llegar a preguntarse: '¿Merece la reina esa privacidad por su avanzada edad?'. Pero pensé que si la BBC estaba retransmitiendo el evento para el mundo entero, yo, como único fotógrafo oficial, debería poder tomar una fotografía", ha agregado.

Además, ha elucubrado que "de no haberla tomado, los medios británicos" le hubieran "preguntado el porqué". Pohle ha rememorado que cuando se enteró de que la reina llegaría del brazo del príncipe Andrés, su instinto fotoperiodístico se tornó mucho más urgente. "Eso lo cambiaba todo", ha recordado, así como que pensó: "Tengo que fotografiar esto sí o sí".

Finalmente, Pohle consiguió que le permitiesen hacerlo, aunque para hacerlo, dado que tenía una ubicación desde la que apenas podía moverse para no interferir con la retransmisión, hubo de desplazarse, por lo que tuvo que pedir perdón después de una bronca.

"Lo que hice es un pecado capital", ha bromeado, pero ha terminado concluyendo: "Sabía que esa sería la fotografía que los portales de noticias más buscarían. Volví a mi posición oficial, pasé frente al oficial de prensa que fruncía el ceño, y pedí perdón".

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