Las experiencias de la guerra: seis corresponsales y enviados especiales cuentan las vivencias que más les marcaron

De izda a dcha y de arriba a abajo, Sandra Cavia, Sol Macaluso, Óscar Mijallo, Gustavo Morales, Marcos Méndez y Susana Román.
De izda a dcha y de arriba a abajo, Sandra Cavia, Sol Macaluso, Óscar Mijallo, Gustavo Morales, Marcos Méndez y Susana Román.
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De izda a dcha y de arriba a abajo, Sandra Cavia, Sol Macaluso, Óscar Mijallo, Gustavo Morales, Marcos Méndez y Susana Román.

Los corresponsales y enviados especiales trabajan en lugares donde ser humano es más difícil que nunca y donde lo personal y lo profesional tienen siempre un tira y afloja. 

En el marco de un artículo sobre el trabajo de los profesionales de la información en zonas de conflicto elaborado por este medio, preguntamos a seis periodistas por algunas de sus experiencias más duras o humanas en los conflictos en lo que han trabajado. 

Gustavo Morales, periodista, especialista en cuestiones de integrismo y geoestrategia militar y corresponsal. Director del Club de Periodismo del CEU: "A un hombre muy cerca de mí le cayó un proyectil de obús y se convirtió en polvo. No tuvimos recogerle ni con cucharilla". La vocación y algo especial es lo que lleva a los corresponsales a volver una y otra vez. "La primera vez que sales y ves una cosa así o no vuelves en la vida porque te repugna para siempre o no lo quieres dejar. "No es muy agradable ver cabezas destrozadas y cosas así por el suelo", dice con crudeza el veterano.

Oscar Mijallo, corresponsal para TVE, con experiencia en las guerras y conflictos de Iraq, Afganistán, Siria, Libia, el Líbano, Gaza, Sudan o Darfur: De su cobertura de la guerra de Ucrania Mijallo destaca el día que fueron a grabar a un hospital con la idea de ver cómo eran los procedimientos del hospital. Acabaron por conducirles a la sala de los niños con enfermedades graves y terminales. "En caso de ataque aquellos niños no podían bajar al refugio, en los sótanos del hospital, porque no había suministro de oxígeno. Y cuando había un bombardeo allí se quedaban, rezando con sus familias para que no les alcanzaran las bombas. "Algunos, de cuatro o cinco añitos quedaban allí abandonados a su suerte", explica Mijallo.

Sol Macaluso, periodista freelance para Mediaset: "Me emocionó muchísimo y me quedé con angustia prácticamente todo el día cuando asistimos a unos funerales de unos soldados ucranianos que eran súmamente jóvenes y estaban sus familias". Como que en ese momento yo había vivido otras situaciones también muy angustiantes, como por ejemplo estar con madres que acaban de dar a luz bajo los bombardeos", hace ver la reportera. "Pero no sé si el funeral, porque representa la muerte misma y lo ves más explícito que nunca, o por el sufrimiento de todos los familiares y entender que la vida de tantas personas se acaba y el dolor que dejan detrás, me marcó".

Susana Román, reportera de la Sección de Internacional en Antena 3 Noticias, ha estado tres veces en la guerra de Libia, además de hacer varios viajes a la Primavera Árabe en Egipto y en atentados yihadistas en Túnez y Turquía:  Trabajaba como cooperante con 20 años cuando vivió de cerca el horror de una zona de conflicto armado, que después vería de nuevo como periodista. "En la selva del Chocó, al compañero con el que iba no lo asesinaron. Y bueno, yo me salvé, pues no sé porqué... Porque corrí más rápido… no sé por qué. Fue un sicario, un asesino a sueldo. Ya tenía claro que quería ser periodista. Lo recuerdo mucho porque la lección que me dio es que todo puede desaparecer en un momento, que la vida hay que disfrutarla y que puedes estar hablando con una persona y cinco segundos después ya no estar", medita la periodista.

"A veces te marca simplemente una persona que te da las gracias por estar ahí y por contar su historia, a veces te hacen más bien ellos a tí que tú a ellos", dice Román.

Marcos Méndez, corresponsal experimentado para Mediaset. El corresponsal recuerda de la primera semana de estancia en Ucrania que en una de las ocasiones en las que iba en un bus comunitario para salir del país en una parada vio a un hombre de unos 30 años con un niño en brazos.

"Me pregunto algo en ucraniano y no le entendí, pero me aparté de la puerta y él lo tomó como una invitación a subir", recuerda Méndez. Lo siguiente que vi, al llegar a la frontera, fue cómo bajaban a empujones a ese chico por la puerta de atrás, con el niño todavía en brazos, llorando". La ley impedía a los hombres en edad militar abandonar Ucrania. "Ni le había preguntado su nombre, pero me dio las gracias", dice pensativo el corresponsal.

Sandra Cavia: Reportera de la sección de Internacional de Antena 3 Noticias, ha estado trabajando en la frontera entre Ucrania y Polonia. Pegada al día a día de los refugiados y de sus historias de miseria y miedo, empatizar es un lujo que se hace duro. "Descubres una historia detrás de cada uno de ellos y piensas ‘¡que emocionante!’. A nivel personal cada día te dan ganas de llorar por diferentes motivos, pero lo asimilas, te recompones y vuelves al trabajo y entonces ya te te olvidas de ti misma", hace ver la periodista.

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