Así son las pruebas para ser nadador de rescate, una de las profesiones más peligrosas

Rescatador de Salvamento Marítimo.
Rescatador de Salvamento Marítimo.
ATLAS
Rescatador de Salvamento Marítimo.
Rescatador de Salvamento Marítimo.
Atlas

Una de las profesiones más generosas, pero también de las más peligrosas del mundo, pues ser nadador de rescate implica jugarse la vida para salvar la de los demás. Por eso, acceder al equipo de rescatadores de Salvamento Marítimo no es nada fácil, ya que las pruebas para superar el corte son muy exigentes.

Durante este martes y miércoles han tenido lugar las últimas en el Centro Integral de Formación Marítima Jovellanos de Gijón (Asturias). A ellas se han presentado un total de 38 personas, de las que solo entre siete y nueve pasarán a formar parte de la plantilla, mientras que el resto accederán a una bolsa de empleo, explica Jesús Lucas, responsable de rescatadores, en el diario El Comercio.

Las pruebas a las que deben enfrentarse se dividen en dos niveles, tierra y agua. Para el primero, los aspirantes deben completar un mínimo de 15 flexiones en barra que solo serán consideradas válidas cuando la persona coloque la barbilla por encima de la barra y no se ayude de ninguna parte de su cuerpo para lograrlo, así como superar el test de Course Navette, que consiste en recorrer una distancia de 20 metros entre los pitidos que indican la salida, que suenan con un intervalo de tiempo cada vez menor.

Para la segunda etapa, la acuática, no falta a su cita la apnea, por la que deben aguantar la respiración bajo el agua un minuto y cuarenta y cinco segundos, mínimo. Tras ella, los candidatos tuvieron que recorrer a nado una distancia de 125 metros en un tiempo máximo de dos minutos y veinticinco segundos arrastrando un peso de cinco kilogramos ataviados con las aletas y el resto del equipo de rescate (neopreno, arnés de rescate, escarpines, chaleco salvavidas, gafas y tubo). 

La última es la prueba final, pues deben enfrentarse a una situación simulada de rescate de una víctima en una situación extrema, en la que han tenido que saltar desde seis metros de altura hasta una piscina con olas y llevar a un maniquí hasta la orilla de la misma.

No acaba aquí la odisea de los interesados en convertirse en rescatadores de helicóptero, pues si tienen la suerte aprobar los exámenes físicos, tendrán que pasar también uno teórico de conocimientos y otro de inglés, además de una entrevista personal y dinámica grupal con el tribunal examinador y recursos humanos, expone Babcock España, encargada de la contratación de empleados para Salvamento Marítimo.

Antes de todo esto, quienes deseen presentarse a las pruebas deberán asegurarse de tener una serie de requisitos mínimos, entre los que se encuentran poseer el título de Nadador de Rescate SAR, un certificado médico realizado en los 30 días previos, movilidad geográfica en el territorio español, premiso de conducción tipo B así como dominar el castellano y tener conocimientos de inglés hablado y escrito en un nivel técnico y de conversación.

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