La calima, un fenómeno atmosférico que se ha producido con gran intensidad en nuestro país durante los últimos días, también en interior peninsular, ha dejado una gran capa de tierra en todas las superficies exteriores: coches, patios, terrazas, portales, barandillas... 

Es por ello que son muchos los ciudadanos que ya están pensando en ponerse manos a la obra para limpiar toda esta suciedad y barro de sus casas, sobre todo, aquellos que tienen jardín, terraza, porche, patio o cualquier otro terreno exterior en su hogar. 

Para hacerlo, es conveniente tener en cuenta el tipo de suelo que se tiene instalado en la terraza, tal y como informan desde Leroy Merlin. 

Suelo de barro

Lo más conveniente es tener este tipo de suelo impermeabilizado con ceras o productos especiales para barro. Para limpiarlo, se puede retirar la arena con cepillo y, posteriormente, lavarlo con una mezcla de lejía y agua o con agua y vinagre.

Suelo de madera

La delicadeza de este tipo de suelo hace que sea conveniente aplicar, al menos, dos veces al año un producto de aceite de teca. Después, para limpiar el barro, habrá que usar solamente agua o productos específicos para la madera.

Suelos de cerámica

Este suelo, al ser resistente, se puede fregar con agua y lejía una vez se haya barrido toda la tierra. Si queda alguna mancha, se puede aplicar quitagrasas y aclarar con la manguera toda la superficie. Se pueden usar productos más fuertes, como el amoniaco.

Suelo de composite

Aunque imita la madera, este suelo es mucho más resistente. Así, se puede limpiar con una máquina de alta presión para sacar la suciedad de las hendiduras y barrer con cepillos de cerdas suaves y un friegasuelos con pH neutro.

Suelo de piedra natural

Aunque es muy resistente, su rugosidad hace difícil la limpieza de la tierra tan fina que se queda por la calima. Se puede usar agua con algún producto jabonoso para frotar la piedra y, finalmente, aclarar con la manguera. 

Suelo antideslizante

Estos suelos son porosos y rugosos, por lo que se llenan fácilmente de suciedad difícil de eliminar. Así, el primer paso es barrer el suelo con cepillo de cerdas suaves o con un aspirador potente. Después, hay que fregar el suelo con una fregona especial de microfibra fuerte, con agua y jabón o añadiendo desinfectante.