"Siempre se han hecho, pero ahora hay mucha demanda". "La gente llama a diario preguntando". "En las últimas semana han subido considerablemente las peticiones". Construir un refugio para proteger a tu familia de un hipotético ataque militar o una catástrofe natural se ha convertido en los últimos tiempos en una obsesión para muchos españoles. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha instalado en una parte de la población el miedo a que el conflicto termine por extenderse a otras zonas del continente europeo.
La consecuencia más inmediata de este temor es que la demanda de búnkeres se ha disparado, según han confirmado a 20minutos varias empresas que se dedican a la construcción y reformas pero que han empezado a ofertar y recibir encargos para la realización de este tipo de estructuras de hormigón bajo tierra. También hay compañías especializadas y dedicadas exclusivamente a la comercialización de estos espacios que se pusieron de moda en Estados Unidos durante la Guerra Fría (1945-1991).
"Nosotros llevamos en el negocio de la construcción mucho tiempo y hemos hecho desde búnkeres hasta salas acorazadas. Pero este es la época de mayor demanda de los últimos 20 años", señalan desde la empresa VM Modular ubicada en la localidad madrileña de Alcalá de Henares. "En las últimas semanas es bastante notable el aumento de peticiones. Esta semana, en un día hemos cerrado tres nuevos búnkeres", desvela.
"Desde que empezó la guerra, tenemos cerrados ya siete nuevos clientes. Llevamos dos años ofreciendo la construcción de búnkeres y antes apenas habíamos hecho cuatro", explica el portavoz de otra empresa de reformas, quien precisa que "la mayoría de gente lo hace porque tiene miedo". "El 70% de nuestros clientes quiere un búnker por temor a que la guerra llegue a España".
Incluso hay empresarios que han decidido empezar en el negocio de la construcción de búnkeres tras percibir que había aumentado la demanda en el sector. "Me está llamando mucha gente interesada, pero aún estoy terminando de perfilar algunos detalles para poder comenzar a construir", señala Rubén Loro, que tiene previsto sacar en breve la página web de BUNKERVIP, empresa que nace con la idea de construir búnkeres no solo seguros sino también con vocación de "segunda vivienda".
El precio de salida de un búnker estándar de 15 metros con luz y saneamientos ronda los 40.000 euros en la actualidad, aunque el coste final dependerá siempre de lo que quiera el cliente. También hay compañías que ofrecen soluciones más económicas desde 18.000 euros. Se trata de refugios fabricados a partir de los contenedores que se usan normalmente para el almacenamiento de mercancías en el transporte marítimo.
La fiebre por los búnkeres es tal que se ofertan algunos ya construidos para alquilarlos por 980 euros al mes para dos personas, con un cargo adicional de 500 euros por cada inquilino adicional hasta un máximo de diez. Además, hay personas que aprovechando este boom están poniendo en venta terrenos "lejos de las grandes ciudades" que son propicios para la construcción de estos refugios.
Las empresas consultadas coinciden en que el perfil del cliente que solicita la construcción de un búnker es de forma mayoritaria el de una persona con "alto poder adquisitivo" aunque "hay de todo" y gente de clase media también ha llamado a sus puertas. "Para hacer un búnker, ya sea subterráneo o semienterrado, necesitas tener un terreno disponible. Normalmente nuestros clientes son propietarios de fincas", indican.
ABQ, casi medio siglo haciendo refugios
En España, ABQ es la empresa especializada más destacada del sector. Lleva en el negocio desde 1975 y ha realizado más de 400 proyectos de refugios "de todo tipo y tamaño" capaces de resistir desde catástrofes naturales hasta misiles nucleares.
Su propietario es Antonio Alcahud, ingeniero especialista en reactores nucleares. En conversación con este medio, Alcahud no ha querido ofrecer detalles acerca de la actividad de su empresa y se ha limitado a declarar que "la gente está cada vez más preocupada por las catástrofes y los conflictos bélicos que nos amenazan constantemente".
Las construcciones de ABQ varían desde la adecuación de espacios en viviendas, como sótanos, bodegas, habitaciones o trasteros, hasta el diseño de búnkeres con capacidad para 2.000 personas.
Sus refugios atómicos se proyectan "para un tiempo de estancia de dos semanas", periodo "más que suficiente ya que los días peligrosos realmente son los dos o tres primeros después de la explosión".
"La radioactividad de una explosión nuclear ha bajado ya al 10% al cabo de sólo siete horas de la explosión. Al cabo de dos días ya solo queda un 1% de la inicial, y las personas pueden estar bastantes horas fuera del refugio, incluso sin protección. Al cabo de dos semanas la radioactividad ha bajado a la milésima parte, un 99,9 %, y puede volverse a la vida más o menos normal", detalla la web de la compañía.
El coste para hacer un refugio ABQ de 25 plazas es de unos 55.000 euros pero no incluye la obra necesaria (excavación, hormigón, pintura, fontanería, electricidad...) para acondicionar el terreno.
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