Camioneras como Montse, taxistas como Mayte y mecánicas como Rita: el difícil camino a la igualdad en el motor

Las profesiones relacionadas con el mundo del motor suelen contar con un porcentaje bajo de profesionales mujeres.
Las profesiones relacionadas con el mundo del motor suelen contar con un porcentaje bajo de profesionales mujeres.
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Las profesiones relacionadas con el mundo del motor suelen contar con un porcentaje bajo de profesionales mujeres.

Doce años. Fue el tiempo que le costó a Montse Jiménez, residente en Salamanca, conseguir su primer contrato como camionera a pesar de contar con el carnet específico en regla y postularse a todas las ofertas que encontraba. "Iba a pedir trabajo y me rechazaban. Algunas empresas se excusaban en que no tenía experiencia, pero otras directamente me decían que no por ser mujer", cuenta. Incluso, "han llegado a confundir mi candidatura, ofreciéndome un puesto de administrativa cuando me estaba presentando al proceso para conducir camiones".

Su historia es común: en España, alrededor de 23.400 mujeres cuentan con una licencia válida para la conducción de camiones, según la DGT, lo que supone un 22% del total. Sin embargo, a nivel europeo solo el 1% de las personas al volante de un vehículo pesado de transporte eran mujeres en el año 2019, en cifras de Volvo Trucks, lo que demuestra que, a pesar de estar capacitadas, todavía existe una fuerte barrera que sortear en el acceso a la profesión.

Rita Torrego, mecánica especializada en Harley-Davidson, también trabaja como Montse en una profesión eminentemente masculina. "Todavía no está normalizado que una mujer te arregle la moto", reconoce. Ella ha hecho "muchas veces el mantenimiento de los vehículos", pero, aunque fuese la experta, "había que ‘esconderme’, que decir que era el taller, en general, quien lo había hecho, para evitar que el cliente se quejase".

"Había que esconder mi trabajo para evitar que ciertos clientes se quejasen"

En el caso de su profesión, una de las problemáticas principales se da a la hora de elegir ese camino. A pesar de que, según un estudio de Ipsos para Norauto, el 96% de las mujeres consideran que podrían dedicarse a un trabajo así sin complicaciones, la Encuesta de Población Activa (EPA) muestra que solo el 14,6% de las personas que venden y reparan vehículos son mujeres, y que ellas están más presentes de cara al público, y no como profesionales en la cadena de reparación.

Otro sector definido por su desigualdad es el del taxi. Mayte Tejedor, que se dedica a ello desde hace cinco años, es una de las 1.200 taxistas que trabajan hoy en la Comunidad de Madrid. El número de taxis que circulan por la capital asciende a 15.974, en cifras del Instituto Nacional de Estadística; las mujeres que los conducen suponen menos del 10%.

Aunque esta profesional admite que todavía son pocas –en España, la cifra desciende aún más: solo un 4% de las conductoras del servicio son mujeres, según datos del Observatorio de Igualdad y Empleo–, observa esperanzada un cambio de tendencia que se da, sobre todo, en los exámenes para acceder a la licencia: "El año pasado, si mal no recuerdo, se presentaron unos 700 hombres y algo menos de 150 mujeres", asegura. Aunque insuficiente para igualar las cifras, muestra que cada vez son más las que se animan a trabajar en el sector. 

"Es algo que suelo hablar con mis compañeros: que cada vez hay más mujeres que se lanzan, y no solo en nuestra profesión, también en el caso de autobuses, de trenes o de camiones", apunta. "Al fin y al cabo, son trabajos que una mujer puede realizar perfectamente, así que, ¿por qué no hacerlo?".

Montse Jiménez: "Me ha costado mucho llegar aquí"

Montse trabaja como camionera, una profesión con muy poca presencia femenina.
Montse trabaja como camionera, una profesión con muy poca presencia femenina.
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"Antes de ser camionera, trabajaba como guardia de seguridad y veía llegar camiones a descargar", explica Montse. "Siempre me había llamado la atención, así que decidí dedicarme a ello", recuerda esta conductora, que denuncia que desde el momento en el que se se sacó el carnet hasta que ejerció la profesión "pasaron 12 años". Esta profesional admite que hoy "se ven más mujeres" al volante de un camión, pero es escéptica respecto a las razones de este hecho: "No hay camioneros, porque muchos son mayores y los jóvenes no quieren entrar. Por eso, no les queda más remedio que contar con mujeres", apunta.

"No hay camioneros, y por eso hoy se ven más mujeres en la profesión"

"Por supuesto, nosotras merecemos nuestros derechos en el sector, pero también tenemos que cumplir obligaciones, y a veces es muy duro. Pero como me ha costado tanto llegar aquí, no me apetece tirar la toalla. No me voy a bajar de este camión", defiende.

Rita Torrego: "Es hora de superar las barreras"

Rita es mecánica especializada en Harley-Davidson.
Rita es mecánica especializada en Harley-Davidson.
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"Empecé trabajando en un taller mecánico barriendo el suelo, y acabé reparando motos", cuenta Rita. Interesada desde su infancia en el mundo de las dos ruedas –recuerda su primera "moto pequeñita", que le regalaron con siete años–, lleva 15 trabajando como mecánica, aunque en la actualidad se encuentra de baja debido a un accidente.

"Estar en un taller, hombro con hombro, es complicado", explica, y lamenta que "no está normalizado que sea una mujer la que te arregla la moto". Hace tres años fundó una asociación, Gasoline Girls, dedicada a "ofrecer un entorno seguro, para poder ayudar a chicas y mujeres que no encuentran su sitio, a las que les gusta la mecánica, o que quieren aprender a usar una motocicleta".

Hoy, muy enfocada en dar clases de mecánica, ve esperanza en cada chica que aprende la profesión. "Ya es hora de superar las barreras: nosotras podemos ser igual de buenas en esto".

Mayte Tejedor: "Una mujer no debe tener reparo en acceder a esta profesión"

Mayte es una de las 1.200 taxistas que trabajan en la Comunidad de Madrid.
Mayte es una de las 1.200 taxistas que trabajan en la Comunidad de Madrid.
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El camino de Mayte ha pasado por múltiples ocupaciones, desde trabajo de oficina hasta emprender su propio negocio. "Desde hace cinco años, soy taxista", cuenta. "Siempre me ha gustado el trato con el público, me gusta conducir y me gusta Madrid, así que di el paso". Desde entonces, no ha dejado de aprender de sus compañeros. "No he sentido el machismo entre profesionales, pero todavía somos pocas mujeres", confirma. "A nivel de cliente, alguna vez he vivido insinuaciones, pero no he llegado a sentir miedo. En el taxi, siempre existe una parte de vulnerabilidad", admite.

Ella y otras compañeras cuentan con un grupo de mujeres taxistas en el que se apoyan unas a otras. "Estaremos encantadas de poder añadir a este grupo a muchas más chicas", sonríe. "Si se plantean entrar en esta profesión, no deben tener miedo ni reparo alguno: al fin y al cabo, se trata de conocer tu ciudad, nada más".

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