Más de la mitad de los menores que comparecen en juicios de divorcio lo hacen en un ambiente 'hostil'

Archivo - Un niño en las puertas del CEIP Umandi en el primer día del curso escolar 2020-2021, en Vitoria-Gasteiz
 Un niño en las puertas del CEIP Umandi  en Vitoria-Gasteiz
Iñaki Berasaluce
Archivo - Un niño en las puertas del CEIP Umandi en el primer día del curso escolar 2020-2021, en Vitoria-Gasteiz

Los niños y niñas que tienen que acudir a un juzgado donde sus padres se encuentran litigando por un divorcio, deberían tener que encontrarse el ambiente más amigable y apacible posible, teniendo en cuenta la tensión y ansiedad que puede suponer esa situación. Sin embargo, un 55% se siente en un espacio hostil, según indica el IV Observatorio del Derecho de Familia.

La audiencia de los menores es algo habitual en los procedimientos judiciales de divorcio o rupturas de pareja, modificación de medidas y violencia doméstica, ya que deben ser escuchados cuando los padres discrepan en temas que les incumben, como la guarda y custodia, el régimen de visitas, el lugar de residencia, entre otros asuntos. 

Aun siendo un procedimiento tan importante, aparte del 55% que dice encontrarse un ambiente 'hostil', tan solo un 6% se encuentra un espacio amigable y un 35% de los menores declaran en el despacho del juez.

El IV Observatorio del Derecho de Familia se ha elaborado a partir de una encuesta a los letrados de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) planteada el pasado mes de diciembre.

"El menor se sentirá intimidado y cohibido"

"Los niños y niñas acuden a un lugar donde se les pregunta por cuestiones desagradables que les producen tensión, ansiedad y tristeza. Sienten incertidumbre y miedo a lo desconocido", explica Beatriz de Pablo, vocal de la AEAFA.

"Si se hace en la sala de vistas en presencia del fiscal y del juez vestidos con toga y en estrados, el menor se sentirá intimidado y cohibido. El trauma resulta mucho mayor y no se expresará con libertad, que es el objetivo de su intervención", resalta. 

Tampoco ayudaría a la situación que la audiencia con el menor se produzca en el mismo día del juicio: el 55% de las intervenciones se producen el mismo día del juicio, el 20% a otra hora distinta y solo un 25% en una fecha diferente -lo que los expertos señalan como lo recomendable-.

Por ello, se apuesta por la disposición de una sala especial donde el proceso no resulte más traumático para el menor. Un ejemplo de sala adecuado sería la cámara Gesell, "un espacio acondicionado para que el juez, el fiscal y, en ocasiones, el psicólogo adscrito realicen la prueba al menor", especifica Beatriz de Pablo.

En el encuentro del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con la abogacía especializada en Familia, celebrado en noviembre, se acordó exigir al Gobierno cambios en la legislación procesal para mejorar las condiciones en las que los menores son explorados, como la dotación de entornos adecuados o la inclusión en los informes de pautas para el desarrollo y valoración particularizada de la exploración.

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