Mujeres de la abstracción: de invisibles a precursoras

  • Una muestra en el Museo Guggenheim de Bilbao rescata del olvido a un centenar de artistas.
Monir Shahroudy Farmanfarmaian en su taller, trabajando en Estrella heptágono, en 1975.
Monir Shahroudy Farmanfarmaian en su taller, trabajando en Estrella heptágono, en 1975.
Estate of Monir Shahroudy Farmanfarmaian
Monir Shahroudy Farmanfarmaian en su taller, trabajando en Estrella heptágono, en 1975.

Con más de 400 piezas firmadas por mujeres de los cinco continentes entre finales del siglo XIX y la década de 1980, la exposición cuestiona los límites de la abstracción. La cronología de los orígenes, los responsables de su nacimiento o las disciplinas incluidas son revisados en una nueva lectura. El redescubrimiento de la obra de Georgina Houghton trastoca incluso el siglo en el que se sitúa el inicio de la expresión abstracta. Si el pintor ruso Kandisky ha sido conocido tradicionalmente como pionero del arte abstracto a principios del siglo XX, Houghton, de origen canario, es considerada ahora, por su arte espiritista desarrollado desde la década de 1860, una de las auténticas precursoras.

Un relato abierto

El hecho de que más allá de la pintura, otras disciplinas como la fotografía, la danza, el cine, las artes decorativas o la performance no fueran consideradas parte de la abstracción, explica, además, por qué las mujeres, a la sombra de los nombres masculinos, fueron excluidas del movimiento. Un canon, también occidental, que se pretende superar, a su vez, con la inclusión de artistas de las corrientes modernas que han tenido lugar en América Latina, Oriente Medio y Asia y Norte América. "En la muestra, a las artistas se las presenta como actoras y cocreadoras de pleno derecho tanto de la modernidad como de los movimientos derivados de ella. Esta nueva historia es, como la oficial, parcial y provisional, puesto que no aborda el tema ni en su complejidad ni en su totalidad", explica Lekha Hileman Waitoller, comisaria del Museo Guggenheim Bilbao a 20minutos.

Cuerpos de humo (Smoke Bodies), de Mujeres en humo, California.
Cuerpos de humo (Smoke Bodies), de Mujeres en humo, California.
Museo Guggenheim Bilbao

Delito ornamental

El arquitecto austriaco Adolf Loos afirmó en 1908 que "el ornamento es delito". Una aseveración que dejó al margen de la abstracción cualquier arte considerada menor o decorativa. Muchas de las artistas incluidas en la muestra no fueron visibles en su época. Pero otras sí. Sin embargo, sus obras quedaron al margen del canon. ¿Qué mecanismos hicieron posible esta exclusión? "Además de los problemas clásicos de acceso a la educación artística, de las barreras sociales e institucionales, del hecho de que la historia de la abstracción ha sido básicamente escrita por hombres, conviene señalar que en el canon de Barr, que daba preferencia a las abstracciones puras disociadas de lo real y de la naturaleza, y al trío Kandinsky-Malevich-Mondrian, las mujeres brillaban por su ausencia, salvo algunas excepciones. Asimismo, cuando se convocaba a los artistas para opinar sobre la abstracción, las mujeres solían estar excluidas de esos debates. Así, por ejemplo, al plantear Christian Zervos el tema del arte abstracto en los Cahiers d’art en 1931 no se recoge la opinión de ninguna mujer ni se menciona a ninguna. Por poner otro ejemplo, aunque Greenberg, padre de la Abstracción Poshistórica, reconoce que Pollock había visto y admirado los drip paintings de Sobel en 1944 en la galería de Peggy Guggenheim, lo hace describiendo a esta artista como una ‘pintora primitiva’, "que ha sido y sigue siendo un ama de casa que vive en Brooklyn".

Fahrelnissa Zeid en su taller.
Fahrelnissa Zeid en su taller.
Museo Guggenheim Bilbao

Simbolismo sagrado

Diferentes corrientes del pensamiento esotérico influyeron en la producción artística de pintoras como Georgina Houghton, Hilma af Klint, Emma Kuntz, Ithell Colquhoun o Barbara Honywood, entre otras muchas. Fue determinante también el influjo de la teosofía, "ciencia espiritual" creada a finales del siglo XIX por la rusa Helena Blavatsky, que exploraba los vínculos entre la ciencia, las leyes de la naturaleza y la filosofía.

"Desde el primer momento, los estrechos lazos existentes entre el arte y la espiritualidad, y a veces el ocultismo, constituyeron un eje fundamental para introducirse en la abstracción, donde las mujeres fueron precursoras ya a partir del siglo XIX. De Georgiana Houghton a Hilma af Klint, son sin duda las primeras creadoras de una abstracción entendida como simbolismo sagrado, dentro de la tradición de Robert Fludd y sus geometrías sagradas, que se remontan al siglo XVII. Si ampliamos el campo de visión más allá del ámbito occidental, recordaremos también que los yantras hindúes se inscribían, mucho antes del siglo XIX, en esa tradición en la que la forma y el color evocaban estados de conciencia espirituales", cuenta la comisaría. Sin embargo, esa dimensión oculta y mística del arte abstracto no fue bien acogida. "Fue preciso esperar las relecturas realizadas a partir de la década de 1980, con la exposición The Spiritual in Art: Abstract Painting 1890–1985 en el LACMA de Los Ángeles, lo que permitió redescubrir a Klint y analizar con un planteamiento nuevo una abstracción entendida como simbolismo sagrado".

El cisne, nº 16, Grupo IX/SUW, 1915.
El cisne, nº 16, Grupo IX/SUW, 1915.
Albin Dahlström / Museo Guggenheim Bilbao

Danzas geométricas

La consideración de la danza como disciplina de lo abstracto también ha sido tardía. Sin embargo, artistas como Gret Palucca, Giannina Censi y Loïe Fuller trabajaron la geometrización del cuerpo mediante el dibujo en el espacio de líneas ondulantes y posturas en ángulos rectos. "La Danza serpentina de Loïe Fuller desvela un trabajo de representación geométrica del cuerpo a través de distintas posiciones de líneas ondulantes, a las que se añade una iluminación que convierte el cuerpo de la danzante en una forma abstracta en movimiento. A partir de la década de 1910, las bailarinas comienzan a trabajar en una geometrización más angulosa. Empleando sus cuerpos como lápices que dibujan formas geométricas en el espacio, Sophie Taeuber-Arp actúa en Suiza, Valentine de Saint-Point en París bajo la mirada de Rodin, Gret Palucca en Alemania —donde inspiró algunos bocetos a Vasily Kandinsky— y la ‘aerofuturista’ Giannina Censi en Italia. Este enfoque performativo de la abstracción continuó a lo largo del siglo, llegando a constituir un verdadero dibujo abstracto del cuerpo en el espacio, ya fuera de naturaleza efímera o dejando huellas reales de carácter plástico", comparte la comisaria.

Nueva tapicería

Las mujeres de la abstracción pusieron en tela de juicio la división entre arte y artes decorativas, entre arte elevado y arte menor. Concibieron el arte más allá de la exclusividad de la pintura, con un concepto pluridisciplinar que incluía las artes de la vida cotidiana. A pesar de que el ornamento fue considerado “delito”, “el lenguaje visual de la abstracción se vio intensamente influido por el aspecto decorativo, desde el arte folclórico ruso hasta los motivos decorativos del norte de África. Una descompartimentación de las artes, emprendida ya en la década de 1910 por Delaunay-Terk, Vanessa Bell e incluso Taeuber-Arp (procedente de la danza y las artes textiles)”, aclara Hileman. El diseño textil, denominado en sus orígenes como Nueva Tapicería, desafiaba la jerarquía entre el arte y la artesanía, lo trascendente y lo cotidiano. La aportación de la artista catalana Aurèlia Muñoz fue fundamental en ese sentido.

Sophie Taeuber-Arp en su despacho-taller de l’Aubette, 1927.
Sophie Taeuber-Arp en su despacho-taller de l’Aubette, 1927.
Museo Guggenheim Bilbao

"Las mujeres aparecen al mismo tiempo como productoras de una abstracción que elimina las diferencias entre los géneros, como significantes de una nueva era e incluso como precursoras, al poner en tela de juicio la división entre arte y artes decorativas, entre arte elevado y arte menor. Conciben el arte más allá de la exclusividad de la pintura, con un concepto pluridisciplinar que incluye las artes de la vida cotidiana", concluye la comisaria.

Si tienen oportunidad, no dejen de descubrir esta nueva historia del arte bajo el prisma de lo femenino a través de Mujeres de la abstracción, abierta al público en el Museo Guggenheim de Bilbao hasta el 27 de febrero.

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