La historia del Palau de Pedralbes, de masía medieval a residencia real y donde Franco recibió a Eva Perón o a Nixon

Fachada del Palau de Pedralbes de Barcelona.
Fachada del Palau de Pedralbes de Barcelona y estanque.
MIQUEL TAVERNA
Fachada del Palau de Pedralbes de Barcelona.

En el número 686 de la avenida Diagonal, en el distrito de Les Corts, se ubica el Palau de Pedralbes, una finca señorial con jardines que a partir de ahora se convertirá en la segunda sede institucional del Govern tras el Palau de la Generalitat de la plaza de Sant Jaume. Esto será posible gracias a un acuerdo alcanzado entre el Govern y el Ayuntamiento de Barcelona que ahora culmina, aunque se remonta a un pacto inicial sellado en el año 2004.

En la actualidad, el Palau de Pedralbes tiene abiertos al público sus jardines, que desde hace años acogen eventos musicales, como el Festival Jardins de Pedralbes, que se celebra en verano. Pero su historia se remonta a bastante más atrás y esconde un origen mucho más humilde que palaciego, pues los primeros  documentos sobre este lugar lo describen como una finca de la época medieval, concretamente del siglo XVII, de las muchas que se ubicaban en lo que ahora es la zona alta de Barcelona. La masía se conocía como Can Custó o Mas Monterols.

Esta fue adquirida mucho tiempo después (en 1862, antes de la anexión del municipio de Les Corts a Barcelona, que tuvo lugar en el año 1899) por la adinerada familia Güell, concretamente por Joan Güell, exponentes de la burguesía catalana del siglo XIX y mecenas del arquitecto modernista Antoni Gaudí, que transformaron la masía original en el edificio señorial que se erige hoy en día. 

Regalo a la Corona española

La masía fue reformada a finales del siglo XIX por dicha familia y el arquitecto Joan Martorell i Montells se encargó de la construcción del actual palacete (de estilo caribeño) y de la capilla neogótica que aún se conservan. El conde Eusebi Güell se lo regaló a la Corona española en el año 1918 como agradecimiento a su título nobiliario. Fue de esta manera como se convirtió en residencia de los monarcas en sus visitas a Barcelona entre los años 1919 y 1931 del siglo pasado.

Dormitorio del Rey del Palau de Pedralbes de Barcelona.
Dormitorio del Rey del Palau de Pedralbes de Barcelona.
WIKIPEDIA

En el año 1929, alojó a la familia real con motivo de la Exposición Universal de Barcelona. Al proclamarse la Primera República en 1931 pasó a manos del Ayuntamiento de Barcelona, que hizo del palacete la sede del Museo de las Artes Decorativas. En 1937, durante la Guerra Civil Española, el presidente de la República, Manuel Azaña, fijó su residencia en el Palau de Pedralbes, que fue Palacio Presidencial tras la evacuación del gobierno de Madrid. 

Al proclamarse la Primera República en 1931 pasó a manos del Ayuntamiento de Barcelona, que hizo del palacete la sede del Museo de las Artes Decorativas

Residencia de Manuel Azaña y de Franco 

Ya en época de la dictadura, Franco hizo del palacete su residencia oficial durante sus visitas a Barcelona. En las 14 ocasiones en las que estuvo en Barcelona, Franco se alojó en esta residencia (entre los años 1939, recién acabada la contienda, y 1972). 

Fue el lugar en el que recibió en el año 1947 a la política argentina Eva Perón y al presidente de los Estados Unidos Richard Nixon en el año 1963. Tras la muerte de Franco y el ascenso al trono del actual rey emérito Juan Carlos I, este optó por alojarse en el Palauet Albéniz de Montjuïc, donde sigue pernoctando el actual monarca Felipe VI.  

Palau de Pedralbes de Barcelona.
Palau de Pedralbes de Barcelona.
MIQUEL TAVERNA

Gaudí diseñó parte de los jardines

Un aspecto bastante desconocido relacionado con los jardines que rodean al palacete es que el arquitecto Antoni Gaudí fue contratado por la familia Güell para construir parte de los muros y de los jardines entre 1884 y 1887. De ese trabajo del genio modernista sigue en pie la famosa Fuente de Hércules, rehabilitada en 1983, que consta de un busto del héroe mitológico griego sobre una pila en la que aparece el escudo de Cataluña y un dragón chino de hierro forjado por el que mana el agua. Tanto esta fuente como los Pabellones del recinto, que en aquella época se conocía también como la Finca Güell, recrean el poema L'Atlàntida de Mossèn Cinto Verdaguer, del que el genial arquitecto tarraconense era gran admirador.

Nicolau Maria Rubió i Tudurí fue el artífice del resto del diseño de estos jardines. Se conserva hoy en día el trazado geométrico formado por árboles mediterráneos, palmeras, cipreses, pinos, un estanque y tres fuentes luminosas obra de Carles Buïgas. Los jardines también exhiben una estatua de la reina Isabel II con su hijo Alfonso XII, construida por Agapit Vallmitjana, y un pabellón de plantas trepadoras en el que se intentó emular una típica bóveda de la arquitectura gaudiniana. 

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