Raquel Haro, escritora de 'Me falta una teta': "Escribir sobre mi mierda de vida ha hecho que mi vida no sea tan mierda"

Raquel Haro, escritora de 'Me falta una teta'.
Raquel Haro, escritora de 'Me falta una teta'.
CARLOS RUIZ B.K.
Raquel Haro, escritora de 'Me falta una teta'.

Raquel Haro, guionista de El intermedio desde hace más de diez años, tuvo un 2020 más complicado que el resto. A la pandemia global y a la separación del padre de su hijo de cuatro años, se sumó el diagnóstico de un cáncer de mamá que cambió su vida por completo en apenas un par de semanas. 

De baja, centrada en recuperarse de la quimioterapia, encontró su salvación en la creación de un blog llamado Me falta una teta donde habló de todas sus vivencias antes y después de la operación que tanto temía. 

Ahora, sus ingeniosas y aplaudidas reflexiones se convierten en un libro del mismo nombre publicado por la editorial Planeta con el que ofrece una perspectiva cómica del cáncer nunca vista. Casi dos años después de su primera visita al médico, presenta la historia ilusionada por el futuro.

Primero de todo, ¿cómo está? Estoy muy bien, los marcadores dicen que no hay enfermedad en mi cuerpo. Hago vida normal y desde septiembre estoy dada de alta. Además, muy contenta. El empezar a escribir me ha hecho también poder cambiar de trabajo. He estado más de diez años siendo guionista de El intermedio y gracias al éxito del blog me han dado la oportunidad dentro de la misma productora de ser guionista de series desde mi casa.

¿Qué ha supuesto la publicación del libro? A la gente le está gustando muchísimo y yo estoy muy feliz. Desde que decido empezar a escribir mi proceso solo me ha traído cosas buenas. Yo siempre digo que escribir sobre la mierda de mi vida ha hecho que mi vida deje de ser tan mierda.

"Escribir sobre la mierda de mi vida ha hecho que mi vida deje de ser tan mierda"

¿De dónde surgió la idea de escribir sobre lo que le pasaba? Yo decido empezar a escribir, por un lado, para dejar en paz a mis amigos que les estaba mandando WhatsApp larguísimos contando como me sentía y, segundo, porque me daba mucho miedo morirme. Yo no me hablo con el padre de mi hijo y yo pensaba: "Si yo me muero, ¿quién le va a hablar de mí? Tengo que escribir algo para que vea cómo era su madre y la persona tan divertida que era".

El desahogo ha sido mi terapia y me ha tenido ocupada todo este tiempo escribiendo primero el blog y luego, el libro. Además, luego mola mucho que la gente te mande mensajes todo el día diciendo: "Oye, no sabes cómo me ha ayudado, me he reído mucho, me has emocionado...". Todo eso sirve para el ego.

¿Qué le ha aportado convertir el blog en un libro? El libro es una ampliación del blog, lo escribí cuando aún estaba en el proceso, estaba recién operada. Todo está escrito en tiempo presente porque quiero hacer como que es un diario y el lector puede ver todo tal cual me estaba pasando. Hay muy poca distancia.

¿No hay nada de ficción en la historia? Mi historia esta basada en sentimientos reales: hay cosas que son verdad y cosas que no. Todos los sentimientos son ciertos y las aventurillas que cuento hay algunas que sí y otras que no, pero nunca lo desvelo. 

Sin duda el humor, la elucubración y la imaginación son partes muy importantes del texto. ¿Cómo le han ayudado a asimilar su situación? El humor ha sido fundamental para mí. No quiere decir que no haya estado triste. El día es muy largo y da tiempo para reírse, llorar, enfardarse... porque el tratamiento de cáncer no te tiene todo el día en la cama, como yo creía. Yo trataba de organizarme mi tiempo para todo, también para las emociones. Un rato al día para sufrir, otro rato para reír y otro para seguir haciendo mi vida. 

He ido mucho a conciertos: fui a ver a Rigoberta Bandini con mis amigas a Granada cuando aún seguía con la radioterapia y ahí fue cuando salté, salté y se me salió la prótesis de mama. 

Da tiempo a todo durante el tratamiento, e incluso me abrí una cuenta de Tinder, que nunca lo había hecho. Yo tenía una obsesión de echar mi último polvo con mis dos tetas naturales porque pensaba: "Si no me atrevo a que me vean sin peluca ¿cómo me iba a atrever a que me vean sin teta?". Que luego no ha sido así y me he atrevido y no ha pasado nada. Tuve tiempo hasta para Tinder y ligar y conseguir mi objetivo.

Me ha sorprendido la mención de Rigoberta Bandini en el libro. Hace unos meses no era tan conocida como ahora ¿Cómo ha visto su mensaje en el Benidorm FestYo, como te puedes imaginar, a tope con Rigoberta Bandini y yo a tope con el mensaje de por qué dan tanto miedo nuestras tetas, en mi caso, mi teta en singular. Me llevé un chasco con el resultado.

¿Cree usted que dan miedo las tetas? Es una metáfora de por qué da tanto miedo el feminismo, por qué da miedo cuando reivindicamos nuestros derechos, cuando reivindicamos que nuestras parejas se responsabilicen de la crianza de los niños, que también se levanten a dar el biberón, que tengamos un mismo salario que nuestros compañeros, que podamos conciliar... Yo pienso que cuando decimos por qué dan tanto miedo nuestras tetas es por qué da tanto miedo el feminismo y la igualdad por la que luchamos las mujeres.

"Por qué da tanto miedo el feminismo y la igualdad"

Los que dicen que ya no se puede hacer humor con nada, no habían pensado en hacer bromas de cáncer. ¿Cuál es su opinión sobre los límites del humor? Yo hago bromas con todo, pero también pienso que solo puedes hacer chistes de gordo si eres gordo, chistes de mujeres si eres una y chistes de tumores si tienes uno. Si no, chirría un poco. 

Yo creo que hay límites en el humor. Yo no me voy a poner a hacer un chiste sobre negros porque puede dar pie a que la gente se piense que se puede reír de los negros. Los que nos dedicamos a la comunicación tenemos una responsabilidad y yo me río muchísimo de mí misma y de mis creencias, pero no me río de todo el mundo.

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