La mampara de la ducha es uno de los elementos del baño que más esfuerzo requiere a la hora de limpiar esta estancia, ya que suele acumular cal, restos de jabón y manchas de las gotas de agua, por lo que hacer que quede perfecta es una tarea difícil. 

Sin embargo, se pueden seguir algunos trucos y recomendaciones que son muy últiles para limpiar la mampara del baño de forma fácil y rápida y, además, haciendo que dure en perfecfo estado durante más tiempo. 

Aunque en el mercado se pueden encontrar numerosos productos de limpieza, algunos específicos para las mamparas, lo cierto es que se pueden elaborar mezclas caseras que son muy eficaces. 

Bicarbonato de sodio 

Este es uno de los productos más conocidos para llevar la cabo la limpieza de muchas partes del hogar, también de la mampara, para lo que solo es necesario mezclar en un pulverizador un poco de vinagre blanco con un par de cucharadas de bicarbonato. 

Después, hay que pulverizar la mezcla sobre la mampara y dejarlo actuar unos minutos, limpiando con posteriormente con un trapo húmedo. 

Agua y vinagre 

El vinagre es otro de los productos perfectos para limpiar suelos y superficies, también las mamparas. La mezcla consiste en añadir agua y vinagre en un pulverizador, en la misma cantidad. Tras pulverizar el cristal de la mampara, basta con retirar el producto con un paño o servilleta de papel. 

Alcohol

Aunque la mayoría de las mamparas son de cristal, algunas de ellas son de plástico y, es entonces, cuando la forma de limpiarlas cambia. Para limpiar las mamparas de plástico se puede emplear alcohol de limpieza, un producto que hay que aplicar en un paño para pasarlo por la mampara. 

Amoniaco 

Por último, el amoniaco es otro ingrediente que se mezcla con abundante agua (1 litro de agua con 20 ml de amoniaco). El amoniaco es un producto fuerte, por lo que antes de emplearlo hay que abrir bien las puertas y ventanas. 

El procedimiento de uso es el mismo que en los casos anteirores, ya que basta con pulverizar sobre el cristal de la mampara la mezcla para, después, pasar un paño por la superficie y que quede limpia y brillante.