El grito mudo de Isabel Pantoja

Fijan para marzo un juicio a Isabel Pantoja por una operación de deuda relacionada con su casa.
Isabel Pantoja.
EUROPA PRESS
Fijan para marzo un juicio a Isabel Pantoja por una operación de deuda relacionada con su casa.

Isabel Pantoja está atravesando la que, sin ningún género de dudas, es su etapa más complicada. Ha tocado fondo tras meses de contención y lucha. Se ha roto en mil pedazos y, aunque tiene fe en que vendrán tiempos mejores, lo cierto es que es difícil divisar el horizonte con esa niebla tan espesa. Son demasiados los frentes abiertos que tiene. Y, si no tenía suficiente, la insólita resurrección de Julián Muñoz promete ser colofón o fin de fiesta.

El exalcalde, que se libró de la cárcel alegando una enfermedad grave e incurable, puede verse envuelto en graves problemas cuando le vean con tanta vigorosidad excitarse, sin miedo a infartos, en la caja tonta. Su actitud parece afrenta u órdago a las instituciones penitenciarias de este país. Me cuentan que, lejos de tener miedo o inquietud, está feliz y cantando victoria.

Y, entre tanto, la artista desespera a que alguien actúe. Nadie entiende que sus hijos no hayan asaltado Cantora con el único objetivo de acompañarla, guiarla o consolarla. Pantoja necesita calor de hogar. Y, si bien su hermano Agustin se lo proporciona y le atiende, no es suficiente. Aunque rechace ayuda, que lo hace de forma vehemente y reiterada, alguien debería plantarse y arrancarla de esta muerte en vida.

Isa Pantoja desmiente los rumores sobre el estado de salud de su madre: "Está todo bien". (EP)

No sirven las excusas perezosas ahora, como tampoco serán válidas las lamentaciones tardías o a destiempo. ¿Acaso a nadie le importa que Pantoja sufra o llore?

Parece que unos y otros anteponen el foco y el dinero a la salud de la tonadillera. Les sirve con que ella, madre por encima de todo, reste importancia para no preocupar. Hasta Isa Pantoja, con la que tiene conversaciones de vez en cuando, desquicia con un discurso insulso y descafeinado con el que nada y guarda la ropa. No es tiempo de tibiezas, sino de demostraciones ruidosas y categóricas.

Es probable que en los próximos días se escuchen las primeras palabras de Isabel que, sobrepasada, solo piensa en subirse al escenario para deleitar a sus seguidores. Ya queda menos para el gran día.

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