El debate para iniciar la tramitación en la Asamblea de Madrid de la ley de Igualdad redactada por Vox se ha desarrollado como estaba previsto: el grupo de Rocío Monasterio ha sido el único que se ha posicionado a favor de tomar en consideración la ley, el PP se ha abstenido y los tres grupos de izquierda han votado en contra, con lo que la iniciativa ha decaído. Vox se ha quedado solo en un hemiciclo que este jueves se había llenado de banderas arcoíris. En una suerte de aviso a navegantes, la formación, socia prioritaria del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, ha recordado a los populares que ellos han "cumplido" con sus compromisos -incluido uno a futuro, el de la aprobación de los presupuestos para 2022 que llegará la semana que viene- y que el PP ha perdido la "batalla ideológica".
Monasterio, portavoz del grupo, ha sido la encargada de defender la propuesta desde la tribuna, aunque habitualmente las cuestiones LGTBI las suele llevar por parte de Vox la diputada Alicia Rubio. La líder de Vox en Madrid ha defendido que su propuesta "reafirma" los principios constitucionales y "la verdadera igualdad". "Haga frente a los totalitarios y defienda la libertad, es su gran oportunidad", ha aseverado dirigiéndose a una ausente Isabel Díaz Ayuso, que durante el debate parlamentario tenía un acto institucional en una escuela taurina.
El diputado popular Jaime de los Santos ha defendido la utilidad de las leyes LGTBI de la Comunidad porque se aprobaron para defender "algunos problemas" que tenían los ciudadanos. Ha insistido, no obstante, en la necesidad de reformarlas para "mejorarlas" y ha acusado a Unidas Podemos y Más Madrid de "construir un relato" sobre una derogación que no va a existir.
"En Madrid no se dará ni un paso atrás en materia de derechos", ha asegurado, para reivindicar después a su partido como garante de los mismos. "El PP se equivocó en 2004 llevando el matrimonio igualitario al Constitucional, pero cuando ganó las elecciones de 2011 con una mayoría aplastante no tocó ni una coma", ha subrayado.
"Este es un debate que nunca se debería haber producido", ha opinado Paloma García Villa, de Unidas Podemos, tildando de "engrendo de ley" la propuesta de Vox porque va contra las personas homosexuales y trans, las mujeres, los migrantes... "Es una ley de desigualdad", ha remachado. García Villa ha asegurado que Madrid siempre ha sido "un refugio" para el colectivo LGTBI y ha vaticinado que cada vez que se quiera recortar sus derechos, Vox "perderá".
"Llevamos luchando desde hace siglos (...) en nuestros derechos nos va la vida", ha reiterado. A los populares les ha pedido que no se pongan de perfil -por su postura de abstención- y les ha acusado de tener "poca dignidad" porque en campaña repartían pulseras con la bandera arcoíris y ahora están negociando cambios con Vox.
El diputado socialista Santi Rivero también ha pedido el 'no' del PP a una propuesta que "no es de igualdad", "alienta el discurso del odio" y que se ha presentado "con cobardía", según su punto de vista. "Copia textos de hace 50 años para al final incluir una disposición derogatoria que es el máximo objetivo de Vox", ha asegurado sobre la iniciativa. Rivero ha defendido que la presunción de inocencia queda "perfectamente recogida" en la ley, al contrario de lo que mantiene Vox y en parte el PP, porque es uno de los artículos que desde el Gobierno se tilda de "mejorable". "La sociedad les va a pasar por encima", ha remarcado el parlamentario del PSOE.
En términos muy similares se ha expresado Eduardo Fernández Rubiño, de Más Madrid. "El texto que votamos hoy es una aberración completa", ha apuntado, "Madrid está muy por encima de su falta de moral". "Este siglo no les pertenece", ha dicho dirigiéndose a la bancada de Vox, mientras que ha instado a los populares a enseñar la propuesta de reforma de las leyes que ha enviado al grupo que lidera Monasterio. "Las instituciones tienen que buscar siempre avanzar, no retroceder", ha acabado proclamando Fernández Rubiño.
Banderas, camisetas y activistas en el público
Ha sido un debate que también se ha leído en los gestos. El primero, el de Rocío Monasterio. Ha sido la primera en intervenir desde la tribuna y encima, a modo de crítica, ha colocado una fotografía de la manifestación que se celebró este miércoles en Sol. En la imagen aparecía una consigna contra ella y ya la había enseñado a primera hora y en la sesión de control.
La tribuna ha vuelto a ser el escenario de otro gesto reivindicativo minutos después. Esta vez, de la mano de Paloma García Villa, que tras su intervención ha colocado una bandera arcoíris sobre el atril y se ha marchado a su escaño dejándola allí. La presidenta de la Asamblea, Eugenia Carballedo, le ha instado a volver y retirarla, pero ha sido el diputado socialista Santi Rivero, al que correspondía el turno de palabra tras García Villa, quien se ha hecho con el símbolo del colectivo LGTBI.
Ha intervenido con ella anudada a la cintura y cuando ha terminado se la ha pasado a Eduardo Fernández Rubiño, que de nuevo la ha colocado sobre la tribuna unos instantes. De alguna forma, la bandera que han compartido los diputados de Unidas Podemos, PSOE y Más Madrid ha simbolizado la unidad de la izquierda en torno a la defensa de las leyes LGTBI.
Las banderas también estaban en las camisetas de los diputados de la formación morada junto a la bandera de la Comunidad y han asomado desde la tribuna de invitados, en la que se encontraban miembros de asociaciones de defensa de los derechos del colectivo. Entre ellos había algunas caras muy conocidas, como la de Carla Antonelli, exdiputada socialista en la Cámara regional e histórica activista, o Boti García, actual directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad que también ha dedicado gran parte de su vida a luchar la igualdad entre todos los miembros de la sociedad. En pie y aplaudiendo hacia la tribuna, los diputados de la izquierda han querido reconocer su labor al final del debate.
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