La pandemia ha cambiado muchas cosas en nuestra manera de vivir la vida y uno de los aspectos es cómo valoramos las viviendas y cuáles son nuestras preferencias en cuanto a sus tipologías.

El duro confinamiento ha hecho que la gente valore más vivir cerca de la naturaleza en casas con terreno al aire libre. Las casas de campo se han revalorizado y ahora son una opción para muchos compradores.

Pero antes de lanzarse a comprar una casa de campo, hay que tener varios factores en cuenta, como recoge Idealista citando al Instituto de Valoraciones. Por ejemplo, aconsejan tener en cuanta que los bancos suelen conceder menos financiación para estas compras o que la falta de concreción geográfica puede dilatar el tiempo de búsqueda.

Tal y como recoge Fotocasa, la evolución de los precios en zonas rurales es más lenta que en las urbanas, por lo que merece la pena analizar cómo se han ido desarrollando los precios.

Además, si lo que queremos es una casa de campo como segunda vivienda, hay que tener en cuenta que los bancos imponen condiciones más estrictas, se suele prestar menos dinero y el plazo de amortización es menor.

Por eso, se recomienda disponer de solidez financiera y unos ahorros de entre el 30 y el 40% del coste de la vivienda, teniendo en cuenta además que en la mayoría de los casos, este tipo de casas requieren reformas.

También recomiendan que el comprador tenga clara la finalidad de la inversión. Si deseamos establecernos en esta casa hay que tener en cuenta factores como la disponibilidad o velocidad de internet, la proximidad de colegios y servicios necesarios. Si la casa es para segunda residencia, zonas menos pobladas nos permitirán encontrar precios más económicos.

Por último, este tipo de búsqueda de vivienda requiere más tiempo de lo habitual, por lo que se recomienda comenzarla meses antes de la fecha deseada de compra, como por ejemplo, las vacaciones.