Cómo funcionan los calientacamas eléctricos: ¿son seguros?

Con la llegada del invierno y sus bajas temperaturas, conseguir un ambiente caldeado dentro del hogar es fundamental. En ocasiones, el descanso es uno de los puntos que se ven afectados cuando no se consigue una temperatura óptima en el hogar. 

Por ello, muchas personas buscan alternativas para conseguir caldear el interior de la cama antes de irse a dormir, con el objetivo de propiciar un descanso de calidad y reparador. Una de las opciones son los calientacamas eléctricos. 

Estos dispositivos consisten en una manta que se extiende sobre el colchón y bajo la sábana, y que se conectan a la red eléctrica para que comience a dar calor. La mayoría de ellas disponen de un mando con el que regular la temperatura cómodamente y apagar el calientacamas cuando esta ya se haya caldeado. 

De este modo, la gran mayoría de los calientacamas eléctricos que pueden encontrarse en el mercado disponen de varios niveles de temperatura, que abarcan desde los tres a los ocho niveles.

Además, muchos de ellos indican que con tan solo unos minutos de uso, el calientacamas consigue mantener el calor dentro de las sábanas durante varias horas. 

¿Son seguros los calientacamas? 

A la hora de elegir el calientacamas, uno de los puntos en los que fijarse es, precisamente, en la seguridad. Al ser un artículo que se enchufa y funciona mediante corriente eléctrica, hay que asegurarse de que disponen de protección contra el sobrecalentamiento. 

De hecho, muchos de ellos disponen directamente de un sistema de seguridad que apaga automáticamente el calientacamas en caso de sobrecalentamiento, evitando así peligros en el hogar. 

Además, es necesario que dispongan también de protección frente a derrames de líquidos o a cortocircuitos. 

Por último, es recomendable que el aparato eléctrico del calientacamas se pueda extraer fácilmente, de tal modo que pueda lavarse.