Kiko Hernández no atraviesa por su mejor etapa personal. El colaborador, que dejó recientemente su trabajo en Sálvame aunque ya ha vuelto a la silla del plató de Telecinco, ha sufrido recientemente dos pérdidas que ha acusado fuertemente.
Las muertes de Mila Ximénez y Begoña Sierra sumieron al madrileño en una gran tristeza y, en su momento, anunció que solo quería "desaparecer". Algo que hizo, ya que se fue de Sálvame durante unas semanas.
Sin embargo, el colaborador encuentra la auténtica felicidad junto a sus hijas, Abril y Jimena.
Si hace unos días disfrutó de un día en el Parque de Atracciones de Madrid, esta vez la magia de la infancia le ha llevado hasta la Casa Museo del Ratón Pérez.
Allí, junto a sus pequeñas, ha vuelto a la niñez y ha disfrutado de esa etapa, cuando no tenía preocupaciones. Prueba de ello han sido sus publicaciones en Instagram, donde el colaborador, con gorra y mascarilla, se siente relajado, feliz y con una sonrisa de oreja a oreja.
Abril y Jimena están a punto de cumplir cinco años, por lo que es un momento ideal para 'intercambiar' dientes por regalos. Y qué mejor sitio que hacerlo en la casa del famoso personaje.
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