El director de una funeraria revela los secretos de su profesión

Imagen del edificio de un tanatorio.
Imagen del edificio de un tanatorio.
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Imagen del edificio de un tanatorio.

Este lunes es el Día de Todos los Santos, en el que tradicionalmente las personas visitan las tumbas de sus seres queridos en el cementerio. El negocio de las funerarias intenta recuperar la normalidad tras un convulso año por la Covid-19.

Detrás de estos negocios hay un trabajo delicado y complicado, que despierta la curiosidad de aquellas personas que no pertenecen al sector. Victor Sweeney es el director de una funeraria en Reino Unido que ha respondido a algunas preguntas acerca de su trabajo en un reportaje del Mirror.

Por ejemplo, preguntado por si los cuerpos son bañados, la respuesta es: "Bañamos a todos los fallecidos que llegan y les lavamos y lavamos el cabello con champú. Lo ideal es hacerlo mientras están acostados".

Respecto a cuerpos que han recibido heridas, como balazos, Sweeney explica que "trabajamos muy duro en la restauración, cuando alguien recibe un disparo entre los ojos, siempre que el resto de la cabeza siga ahí, probablemente queramos tapar el agujero de la bala con algodón o un material más firme y taparlo".

"Es más suave que la cera de las velas. Se ablanda con el calor de la mano y podemos usarlo para encerar una herida y podemos obtener la textura adecuada con el punteado y el pincel y colorearlo", revela este profesional.

Otra pregunta es cómo cerrar las bocas de los fallecidos. "Hay dos formas de cerrar la boca. Puede levantar la mandíbula con un poco de hilo y aguja. Subirías por la nariz, atravesarías el tabique, bajarías y atravesarías el labio para juntar los dos extremos. Un inyector de aguja es como un pistón y simplemente se ata el cable para mantener la boca en su lugar".

"Podemos rellenar algo de la mejilla para crear una expresión más agradable con algodón o fluido. Siempre pongo un poco de algodón dentro de la boca", revela Sweeney.

Respecto a cómo se colocan los brazos, el funerario dice: "Tradicionalmente, las manos se colocan sobre el ombligo y casi siempre se colocará la izquierda sobre la derecha. La razón es que la mayoría de los fallecidos están casados, así que queremos que la mano con el anillo de bodas esté arriba para que la gente pueda verlo", concluye.

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