Un artista, veinte personajes y mucha comedia 'esquizofrénica' en 'El Transformimo', de Martin Kent

Martin Kent, con uno de los maquillajes de 'El Transformimo' y con su rostro desnudo.
Martin Kent, con uno de los maquillajes de 'El Transformimo' y con su rostro desnudo.
Jorge Paris
Martin Kent, con uno de los maquillajes de 'El Transformimo' y con su rostro desnudo.
Un artista, veinte personajes y mucha comedia 'esquizofrénica' en 'El Transformimo', de Martin Kent

El artista Martin Kent respira hondo y da unos pequeños saltitos mientras relaja los hombros y agita los brazos, después se para y posa enmarcando con sus propias manos el gesto exagerado de su cara. Nada es casual en el slapstick (comedia física) por más que parezca fluido y sea cómico.

Y es que Kent es maestro en esa disciplina, además de en el transformismo y el mimo, estas dos últimas protagonistas de su nuevo espectáculo El Transformimo (hasta el 19 de noviembre en el Teatro Soho Club de Madrid).

"Es una locura esquizofrénica con veintipico personajes", cuenta Kent sobre este espectáculo. "Lo que vais a ver es una mezcla entre slapstick, transformismo, mucho teatro y cine, con muchas parodias con la vuelta de tuerca de esos estilos", dice el artista argentino-español.

"Tiene todo un hilo, a pesar de que pueda parecer una locura, todo tiene un porqué", desvela sobre El Transformimo, donde se mete en la alocada piel de 20 personajes como La Niña del Exorcista, Sister Act, Edith Piaf, Lady Gaga, Elton John o Rose, de Titanic, entre otros.

"Yo soy actor y ya desde pequeño ya me gustaba disfrazarme de cualquier cosa, muchísimo", explica este a pesar de todo algo tímido artista, que nació en Buenos Aires, Argentina y que emigró a Europa a temprana edad, afincándose en Ibiza.

"Me quedé loco con la isla. Allí me presentaron a grupos que hacían cosas y empezó a salir mucho trabajo en los hoteles de Ibiza, performances en el Pachá, en el Space, en el Casino de Ibiza... y empecé a crear cosas y de ahí hasta ahora", relata Martin Kent echando la vista atrás. Una vista muy puesta en Supermán y su alter ego, Clark Kent, del que tomó el apellido para su nombre artístico a los 17 años.

Consagrado en el mundo de la comedia tras su paso durante varias ediciones del Festival de Edimburgo, uno de los más prestigiosos del mundo, y múltiples giras alrededor de los mejores teatros de su Argentina natal, Inglaterra, Escocia y España, Martin Kent tiene influencia también oriental.

"Mi maquillaje es muy kabuki, como los hombres japoneses que interpretaban a mujeres en el teatro clásico japonés, hay mucha inspiración ahí. Hay mucha exageración en el maquillaje, no pretendo salir guapa, para nada, son grandes rasgos, como en el expresionismo alemán", hace ver.

Pero nada es serio en El Transformimo, que es "cien por ciento humor, la comedia del arte, los tres chiflados… son mis influencias. Desde que la gente entra hasta que se va la gente se olvida por completo de lo que está pasando fuera", promete el artista.

Martin Kent, con uno de los maquillajes de 'El Transformimo' y con su rostro desnudo.
Martin Kent, con uno de los maquillajes de 'El Transformimo' y con su rostro desnudo.
Jorge Paris

Volviendo a que el humor físico parezca fácil, podemos insistir en que no lo es y que ni siquiera tiene detrás una personalidad determinada. "Yo, por ejemplo, sin el maquillaje no soy tan hablador, ni tan social como con el maquillaje. No va con la personalidad, pero sí puede ser que influya el estar muy en forma. Hay que estar físicamente como un ninja y manejarse en la oscuridad para ser muy rápido", expone Kent, que se cambia y maquilla en apenas segundos durante todo el espectáculo.

Kent ha creado su propio estilo e incluso una escuela que se imita por los nuevos artistas. Aún así sigue aprendiendo y todo es una fuente de inspiración. "Veo mucho cine y mucho teatro y eso me inspira. Por ejemplo estaba viendo Titanic, llorando y se me ocurrió hacer la proa del barco y empecé a dibujarla", ejemplifica.

Uno de sus números más conocidos es el de los las monjas. "Se me ocurrió un día en Holanda, en la carretera oyendo la banda sonora de Sonrisas y Lágrimas y no sé si porque estaba cansado o por qué, pero me pareció ver a unas monjas cruzando la carretera, como en El resplandor. Lo dibujé, se lo pasé a mi equipo que me lo construyó y llevo con ellas 35 años, porque es un número que no puedo quitar", explica sobre el gag en el que baila con seis muñecas que se mueven en sincronía.

"La mayoría rechazamos las locuras. Yo al contrario, les doy vida", asevera como su filosofía. Una locura que vuelca en El Transfomimo. "No se ha visto una locura así, hay otras cosas muy buenas, pero no son esto. Es un material original, muy cómico y muy gracioso. Está estructurado para que desde un crítico o una persona muy culta lo disfrute y se ría tanto como una persona que no lo sea. Se van a divertir muchísimo", dice risueño.

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