Cuando la suciedad de las calles de Barcelona lleva meses en boca de ciudadanos anónimos, asociaciones de vecinos y de comerciantes y grupos municipales de la oposición, el gobierno de Ada Colau en la capital catalana ha movido finalmente ficha. Este lunes, la teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz, y el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, han presentado un plan para ponerle remedio. Este prevé una inversión de 70 millones de euros desde este octubre y hasta 2023 para reforzar la limpieza y el mantenimiento en los 350 puntos de la ciudad que más lo necesitan.

El plan, llamado Cuidemos Barcelona, atiende a una propuesta de JxCat que se aprobó por unanimidad en el pleno del 29 de septiembre y llega después de que el Barómetro semestral de junio del Ayuntamiento señalara la limpieza como la quinta preocupación de los barceloneses. Sanz ha atribuido el aumento de la suciedad a que la vuelta progresiva a la normalidad tras lo peor de la pandemia conlleva "un uso más intenso del espacio público". Sin embargo, los operarios que limpian la vía pública, según el Consistorio, son los mismos que antes de la Covid desde que en mayo del año pasado acabó el confinamiento más estricto. 

Badia, por su parte, ha reconocido que las medidas que se han puesto en marcha este año contra la suciedad "no han sido suficientes" y ha destacado que el plan, que prevé un refuerzo de personal que no ha concretado y "se irá "afinando", supondrá un aumento inmediato del baldeo. Se espera así, ha dicho, acabar con los malos olores en episodios de escasez de lluvias.

Entre las acciones inmediatas que prevé el plan, sobre las que se incidirá especialmente en los próximos seis meses, también está intensificar el control de plagas. Se trata de una medida que responde a las múltiples denuncias por presencia de ratas que se han sucedido en las últimas semanas, en lugares como Les Corts, Sant Andreu o Sant Antoni, entre otros. Sin embargo, según Badia, la Agència de Salut Pública de Barcelona "no ha detectado un incremento respecto al año pasado".

Otra medida que se pondrá en marcha ya es la limpieza a fondo con agua a presión de puntos con problemáticas de orines y de los alrededores de los contenedores de basura, para lo que empezarán a operar ocho equipos en turnos de mañana y tarde.

Además, desde este mes se trabajará especialmente en limpiar pintadas, pavimentos y manchas de chicles y se retirarán pegatinas y malas hierbas. También se renovarán elementos del mobiliario urbano y se mejorará la pavimentación y la señalización de la ciudad.

De entre los 350 puntos donde se reforzará la limpieza, el Ayuntamiento se ha marcado 10 como prioritarios, en los que se empezará a actuar este octubre: El Pou de la Figuera (Ciutat Vella), el entorno del Mercat de Sant Antoni (Eixample), la plaza de Santa Madrona (Sants-Montjuïc), el mercado de Les Corts (Les Corts), la plaza de Sant Vicenç de Sarrià (Sarrià - Sant Gervasi), la riera de Sant Miquel (Gràcia), la plaza de Pastrana (Horta-Guinardó), la plaza Roja (Nou Barris), la plaza de la Trinitat (Sant Andreu) y la rambla del Poblenou a la altura de Doctor Trueta (Sant Martí).

Un nuevo Comité de Coordinación de Mantenimiento de la Ciudad, liderado por el gerente de Ecologia Urbana del Ajuntament, Jordi Campillo, se encargará de "monitorizar" las medidas que se impulsen y de la detección de necesidades.

A partir de marzo de 2022, el plan coincidirá con el inicio del nuevo contrato de limpieza de la ciudad, que será más importante que todos los que ha tenido hasta ahora Barcelona. Por un lado, porque el presupuesto alcanzará por primera vez los casi 300 millones de euros anuales, y por el otro, porque tendrá una duración de ocho años prorrogables dos más. El contrato permitirá crear 400 puestos de trabajo.

Se pospone la recogida puerta a puerta en Horta

El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha anunciado que finalmente el sistema de recogida de residuos puerta a puerta no se extenderá al barrio de Horta este otoño, como estaba previsto inicialmente. La idea es esperar al menos a obtener los resultados de la segunda fase de su implantación en Sant Andreu, donde ha generado múltiples críticas vecinales. Lo ha contado Collboni pese a que el área que coordina el despliegue depende de Badia, que ha afirmado: "El calendario era de referencia, pero no lo impondremos".

Quejas por la retirada de contenedores

El presidente de la asociación Can Baró Cultural, José Luis Petreñas, se ha quejado este lunes de que "se ha potenciado" la suciedad en el barrio porque "a principios de junio quitaron los contenedores" que había frente al número 60 de la calle Josep Serrano. Los más cercanos, ha dicho, "están a unos 360 metros", por lo que la zona se llena de bolsas de basura en el suelo.